Martín Menem demostró su inexperiencia para mantener el orden en el recinto y recibió "consejos" de todos los bloques
La culpa no es del chancho sino del que le da de comer, y en el caso de Martín Menem, eran pocos los que creían que tenía lo suficiente para presidir la Cámara de Diputados. Y los hechos lo confirman.
Martín Menem preside la Cámara de Diputados no por mérito propio sino por portación de apellido y tal vez porque es fácilmente manipulable.
Y en la sesión de hoy, la primera importante en la que Menem preside la Cámara, al hombre se le escaparon varias cosas, no solo de los que es estrictamente labor parlamentaria, sino que también permitió insultos a los legisladores desde las gradas hasta que otros diputados se lo hicieron notar y llegó a echar a una persona del recinto.
Pero las críticas y recomendaciones no vinieron sólo del peronismo sino también de parte de la oposición, que no hicieron mas que dejar expuesto al diputado a quien parece quedarle muy grande el sayo.