Desde hace un tiempo que Marcelo Longobardi se cansó del maltrato del presidente Javier Milei y lo ha denunciado en varias oportunidades.

Pero al parecer la cosa se complicó aún más y este lunes denunció que estaba siendo apretado y que así era "muy difícil hacer un programa de radio en estas condiciones".

Cuando Longobardi empezó a decir que estaba “siendo apretado”, hizo una pausa y agregó: “Mejor me callo la boca” y demostró que el apriete estaba surtiendo efecto o en su defecto, que es un tibio.