Macri quiere su 'segundo tiempo' en el sillón de Rivadavia, pero tiene un temor cada vez más real: que el PRO termine dividido antes de 2023.

El fundador del partido más grande de la derecha argentina observa que tanto Horacio Rodríguez Larreta como Patricia Bullrich están dedicados a construir su propio poder dentro del espacio. Desde luego, el ingeniero no es neutral en este asunto. Se sabe que a lo largo de todo el año hizo lo posible por debilitar a ambas facciones y armar su propio juego electoral.

Sin embargo, la decisión de Macri parece haber sido la de quien espera el momento adecuado para recuperar el poder absoluto. Antes permite que tanto el jefe porteño como la actual presidenta del PRO hagan su experiencia. Y, en efecto, si la cosa va mal podrá responsabilizar a ambos por una eventual ruptura.

Es lo que hizo esta semana desde Miami, en la presentación de su libro 'Primer Tiempo'. 

"Si caemos en la locura de plantear individualismos lejanos como el 23, nos debilitamos. Hacemos lo que le pasó a Capriles, López, que se dividieron y ahí esta Maduro todavía", advirtió el ex presidente en clara alusión a Larreta y Bullrich, a quienes comparó con los líderes de la derecha venezolana que no pudieron ir juntos en las elecciones. 

La elección de noviembre dará una mejor referencia del acompañamiento que mantiene el PRO de los electores de derecha. Cuánto suman los libertarios y cuánto retiene Larreta con la vuelta de Vidal a la Ciudad y el experimente de Santilli en la Provincia.

Superado el efecto del resultado de las PASO, el Frente de Todos parece haber recompuesto la los vínculos internos. Es por eso que se hace más evidente que del otro lado de la grieta los problemas son todavía más grandes y los riesgos también.