“Confío en la mayoría de los gobernadores. Los he visto sensatos, preocupados por cumplirle a los argentinos. Basta de mentiras”, afirmó ayer el presidente Mauricio Macri desde la estancia Potrerillo de Larreta en Córdoba, hasta allí viajó para descansar el fin de semana largo sumando un nuevo hito recreativo en su ya abultada agenda anual de recesos. 

El gobierno confía en la posibilidad de que los mandatarios provinciales incidan sobre los senadores para frustrar la iniciativa opositora. Por su parte, desde la oposición analizan la posibilidad de emitir dictamen el mismo martes en una reunión de comisión que contará con la presencia de los principales dirigentes de la CGT para respaldar el incremento en el piso salarial a partir del cual se paga Ganancias. De contar con los dos tercios de los votos, necesarios para imponer el tratamiento sobre tablas, el objetivo es sancionar la ley al día siguiente en la sesión programada para discutir la emergencia social. 

El oficialismo cuenta con una fuerza minoritaria en el Senado: apenas 15 legisladores propios sobre un total de 72. Por eso la Casa Rosada comenzó a operar sobre los gobernadores.

“No nos anticipemos”, lanzó el Presidente al ser consultado sobre la posibilidad de vetar la ley como sucedió con la iniciativa para frenar la destrucción de empleo. La determinación oficial por descartar la ley fue adelantada por la vicepresidenta Gabriela Michetti. En una breve entrevista radial Macri calificó de “zafarrancho” al proyecto y reclamó a los diputados “que reflexionen, que a Argentina se la construye desde la seriedad, de ser creíbles y previsibles”.