La charla con Mauricio Macri era distendida, propia de un fin de año, y Ángel de Brito -al que no le interesan las cuestiones políticas- la llevó para el lado de las fiestas.

Hablando de Antonia, su hija menor, quien tiene 13 años, Mauricio Macri sacó a relucir su costado antediluviano y se mostró orgulloso de su rol de padre celoso.

En el ida y vuelta de los chistes dejó caer la anécdota -sin que nadie le diera pie- de cuando le pegó una trompada a un novio de una de sus hijas.