Lo que hay detrás de los linchamientos
La violencia engendra más violencia. Una verdad de Perogrullo que muchos parecen haber olvidado. Pero, desde aquí, sabemos que justamente no se trata de un olvido inconsciente sino todo lo contrario. Que tras una mera descripción de lo que se supone es la "realidad" hay una vil estrategia que tiene muchos actores sociales y sectores empresariales y políticos implicados.
Porque si de linchamientos se trata nada es al azar y ningún movimiento de la ciudadanía es absolutamente espontáneo. Hemos visto esta semana como desde los medios de comunicación se debatió sobre si "hay un efecto contagio" por el solo hecho de repetir hasta el hartazgo hechos que describen esta modalidad de acción.
Y si, los hay. Hay una incitación constante a la violencia. A que el ciudadano común tome por mano propia la justicia. Una incitación muy fachista a que la violencia se resuelve con violencia amparándose en que "hay una ausencia del Estado". Lo hemos escuchado de políticos, de conductores, de periodistas y de panelistas. Una falta de responsabilidad como comunicadores sociales y como representantes del pueblo.
Como país democrático tenemos un sistema de poderes y las instituciones necesarias para "castigar" a quienes perjudican con su conducta al conjunto de la sociedad. Tenemos la legislación necesaria y la fuerza de represión.
Si está funcionando correctamente o si hay algún cambio que hacer, por ejemplo, en el Código Penal, será otra discusión que se abra, pero que de ningún modo avala ninguna acción particular de ningún individuo.
No es casual que un hecho tome relevancia cuando la víctima es de clase media y no de un barrio marginal. No es casual que ahora, y no antes, se elija difundir este tipo de acciones. No es casual que los políticos de la oposición se sientes horas de horas en los programas de televisión a avalar estas conductas.
Porque si de "ausencia del Estado" vamos a hablar esa frase les cabe a todo el arco político. A Mauricio Macri, jefe de Gobierno porteño, que administra la capital del país, y también a José Manuel de la Sota, que hasta llegó a decir que podría actuar violentamente si alguien de su familia es victima de un delito y que no tuvo en cuenta que es el conductor de una de las provincias con mas habitantes de Argentina.
Un linchamiento es la ejecución sin proceso legal por parte de una multitud, a un sospechoso o a un reo. Cabe preguntar: ¿Con qué herramientas cuenta un ciudadano común para decidir quien tiene que ser castigado y porque? ¿Solo basta con su sentido común y con la condena social? Pero aún peor es cuestionarse ¿qué buscan quienes fogonean este tipo de actitudes? y ¿qué beneficio político o social obtienen de generar este caos social?