Javier Milei denunció una especie de complot en su contra por una fallas técnicas que hubo durante su “entrevista” con Antonio Laje. 

El periodista no dudó un segundo en chuparle las medias al Presidente y mandar al frente a sus compañeros de trabajo, demostrando qué clase de persona es.

El debate derivó, obviamente hacia el periodismo militante pero Pablo Ladaga diferenció a los que eran considerados como “periodistas K” de los que ahora adulan a Milei que no defienden una idea sino que “defienden a un régimen”.