A esta altura, a nadie puede extrañar, pero igual llama la atención la sistemática y cerrada defensa que realiza el diario La Nación de los condenados por delitos de lesa humanidad durante la dictadura cívico-militar.

En realidad, puede que sea para cuidar el propio pellejo de sus propietarios y directivos, muchos de ellos con destacada actuación durante el período más negro de la historia argentina.

Así, en el editorial de este jueves se hace alusión a las fiestas de fin de año para preguntarse: "¿quién sabe, quién piensa o quién muestra interés porque en la Argentina haya cientos de presos mayores de 70 años, algunos con casi 90 en cárceles comunes?", que pasarán las fiestas encarcelados.

La pregunta, obviamente retórica, no habla de presos en general sino de los que "son parte de los 1.800 detenidos bajo la acusación de haber cometido delitos de lesa humanidad durante la guerra antisubversiva que ocurrió en el país hace ya 40 años".

Como se ve, a favor de los represores condenados el diario mitrista utiliza idénticos argumentos que los propios represores: "guerra antisubversiva", esto es: terrorismo de Estado.

Un régimen de secuestros, torturas y asesinatos que implantaron los represores presos que, vale recordar, fueron impiadosos a la hora de cometer sus atrocidades, ejecutándolas sin miramientos etarios.

Esos 'abuelitos' que deberán pasar Navidad y Año Nuevo fueron implacables a la hora de secuestrar jóvenes y viejos, privar de su identidad a bebés, torturar y asesinar embarazadas...

Y La Nación, socia de la dictadura en, por ejemplo, Papel Prensa, se lamenta de "estos detenidos" porque presuntamente "son discriminados entre la misma población carcelaria porque no rige para ellos como para los demás acusados penalmente y para presos comunes ni la presunción de inocencia, ni el principio de irretroactividad de la ley penal, así como no tienen el beneficio de la excarcelación, ni de la libertad condicional, ni de prisión domiciliaria sobre la base de su estado de salud".

La jerarquía del diario, en realidad, está describiendo los juicios de Nüremberg contra los criminales de guerra nazis...

Tras asegurar que "las condenas en la mayoría de los casos se han basado en pruebas amañadas, cuando no en ausencia total de pruebas, falsos testigos, hipótesis no comprobadas y causalidades remotas", el editorial habla de "venganza" y no de justicia.

Para el o la editorialista, "el gobierno kirchnerista no tuvo ni tiene interés por determinar la real autoría de los delitos, sino realizar con ellos un sacrificio simbólico en el altar del poder político".

La Nación sigue insistiendo en su propio derrotero: el marcado por su complicidad con la dictadura; con todas las dictaduras instauradas en la Argentina, en realidad.