Para la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se trató de "jóvenes que viven en el fondo de La Matanza, Moreno o Florencio Varela  que están muy convencidos del proyecto de Milei", los que se organizaron para pagarse los micros para el acto en el Parque Lezama.

Si ya la explicación es poco creíble conociendo la tradición nacional en el armado de los actos políticos, el intento desesperado de Luis Majul para tratar de aminorar el impacto, fue notable.

En una voltereta dialéctica diferenció a los que van “arriados por un choripán” de los que van “por su propia voluntad”.