Las palabras de Victoria Villarruel resonaron como un bombazo en el espacio libertario que las tomaron como una declaración de guerra.

En cadena salieron a sacudirla, más aun después de que haya recibido el apoyo explícito de amplios sectores del macrismo.

Una de las más duras fue Lilia Lemoine que no le apuntó a su posición en el nombramiento del juez Ariel Lijo a la Corte Suprema de Justicia, sino que se sintió más irritada por las formas que usó.