En la causa que investiga el vínculo de la flamante Policía de la Ciudad con un entramado de servicios vip, que el comisario jefe de la fuerza José Potocar negociaba con comerciantes de Núñez y Saavedra a cambio de una vigilancia enfocada con algunos de sus hombres en la fuerza, todo huele a mafia.

El fiscal José María Campagnoli pidió la detención de Potocar, sospechado de liderar una asociación ilícita que exigía dinero a vecinos y comerciantes de dichos barrios para prestar seguridad privilegiada y exclusiva, asignando a efectivos de las fuerzas públicas para fines privados.

El juez de la causa, Ricardo Farias, debe definir si hace lugar a la solicitud de Campagnoli, mientras el funcionario policial ya fue suspendido por el Jefe de Gobieno, Horacio Rodríguez Larreta.

Potocar se desempeñaba como jefe de la Dirección General de Comisarías (DGC), pero la investigación se remonta a septiembre de 2016, cuando Campagnoli pidió la detención del comisario Norberto Villarreal, jefe de la comisaría 35, quien desde ese momento está prófugo.

Fue un oficial de la 35 el que declaró como testigo y reveló que ciertos comercios aportaban en forma periódica y sistemática grandes sumas de dinero exigidas por Villarreal, para después distribuirlas a órganos superiores, según informó La Nación. 

En un primer allanamiento en dicha comisaría se secuestró de la oficina de Villarreal, un cuaderno con anotaciones, donde se leen las siglas DGC, inequívocamente aludiendo a la Dirección General de Comisarías.

La comisaria mayor de la Policía de la Ciudad Susana Aveni está con prisión preventiva por su vinculación con los hechos, y este lunes se confirmó su procesamiento. También fue procesado y detenido su número dos, el subcomisario Marcelo Stefanetti, además del cuarto jefe de la dependencia, Alberto José Codaro, y otros tres policías, según informó la agencia DyN.