Primero aseguró que si mientras corre por Palermo le llegan escuchas de Macri hablando con Dietrich las pondría al aire. Ni Jonatan Viale le creyó, pero Majul siguió.

Y encima se autoimpuso un límite que dice haber ejercido cuando puso las escuchas, que es no meterse con la vida privada. Ahora la expresidenta hablando Parrilli es considerado político y no privado. O sea el limite entre lo público y lo privado lo decide Majul.