Si bien Eduardo Feinmann fue directamente a pedirle que le quiten los quince policías que custodian a Elisa Carrió, Jorge Macri le demostró que eso es inviable.

Se trata de una decisión judicial -a partir de las denuncias que hizo la entonces diputada se le asignó una custodia especial para prevenir que la atacara- y el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no puede desconocer una resolución judicial.

Pero el diálogo muestra el tumultuosos devenir de la interna de la derecha donde los restos de Juntos por el Cambio conviven a los codazos con el advenimiento de La Libertad Avanza y el periodismo hegemónico hace equilibrio entre ambos.