Los primeros recibos de sueldo con los porcentajes de incrementos a título de reparación histórica que resultaban irrisorios no eran un error sino el botón de muestra de una ley que, a un año de estar implementada, exhibe un contundente fracaso. 

"Empezó a cobrar menos del 40 por ciento de los potenciales beneficiarios, el porcentaje promedio de los aumentos quedó muy por debajo de lo calculado y se incrementó la cantidad de juicios por reajustes previsionales", resume la nota de La Nación de este martes sobre el tema. 

El jefe de Gabinete Marcos Peña, indicó en su último informe ante el Congreso que se abonaron 894.668 casos. Son apenas el 37 por ciento de la meta de 2.400.000 personas que el titular de la Anses, Emilio Basavilbaso, había anunciado con entusiasmo alcanzar para 2018. 

Además, el promedio de aumento de los haberes que había prometido el Gobierno era de un 35, 40 o 50 por ciento. Sin embargo, de los que recibieron el beneficio ese promedio llega apenas al 24,9 por ciento. En enero, cuando se liquidaron los últimos incrementos por la reparación, el haber promedio de los que recibieron el beneficio pasó de 8332 a 10.407 pesos.

La misma nota afirma que la ley tampoco cumplió con el objetivo de bajar la cantidad de juicios. Del universo de 443.823 jubilados con causas abiertas, sólo 22.536 desistieron del reclamo para adherir a la reparación, el 5 por ciento del total. Además, de septiembre a diciembre de 2016 se iniciaron 10.404 causas, casi mil más que las abiertas en el mismo período del año anterior.