La distancia entre el macrismo y la cabeza de la iglesia católica es evidente sin embargo en las últimas horas fue la vicepresidenta la que decidió romper las respuestas protocolares y aceptar que este vinculo no está pasando el mejor momento.

"Es una situación bastante complicada. Yo creo, esto ha sido asi en alguna conversación que he tenido cuando Francisco era nuestro arzobispo, que definió a Mauricio como una persona de buena madera" dijo al comienzo. Para luego remarcar que "no es una persona que le cae mal".

"Me da la impresión que lo que sí puede estar ocurriendo es una distancia en termino de comprender cual es el proyecto que estamos llevando adelante" lanzó finalmente. También aseguró que lo que falta es una "charla franca" y que puedan hablar "tranquilos".

"No estamos contando hacia donde estamos yendo" remarcó la presidenta del Senado y aseguró que "en 20 minutos no podés contar un proyecto".

La referencia fue a la escueta reunión que mantuvieron en la Santa Sede y de la cual se habló muchísimo por la incomodidad que manifestó Francisco. Cuando le consultaron sobre si Macri quiere mejorar el vínculo sentenció: "Lo veo con ganas".