Feinmann le hizo a Francos la pregunta del millón: ¿No se puede opinar distinto en el gobierno?
La respuesta la dio el mismo Gobierno a desplazar en un mismo día a dos de sus funcionarios por dar una opinión pero Francos trató de zafar, por las dudas.
Teddy Karagozian consideró que la Economía aún no se estaba recuperando y fue desplazado de su cargo de asesor del Gobierno. Julio Garro opinó que Messi y Tapia debían pedirle disculpas a Francia por los cánticos supuestamente racistas y también fue eyectado del Gobierno por lo que la pregunta que se caía de madura era la que Feinmann le hizo al jefe de Gabinete.
Aunque con remitirse a los hechos era suficiente, obviamente Guillermo Francos no podía decir la verdad asique trató de esquivar la pregunta asegurando que muchas veces él no coincide con el Presidente.
Francos, como otros funcionarios, deben sentir permanentemente que caminan sobre huevos y que cada cosa que digan puede ser considerada como una afrenta y una causa de despido inmediato. Y ni siquiera de frente sino que los echarán por redes sociales.