En España, los coches que compró Macri los usan para probar explosivos
Metro de Madrid usa unidades radiadas de la serie 5000 para detonar cargas de explosivos y probar su efecto. Son las mismas que la Ciudad compró para utilizar en la línea B.
Los coches usados que se compraron para la Línea B, son los mismos que en Europa se utilizan para probar el efecto de los explosivos.
La información la aportó el medio web Enelsubte.com. El portal recordó que a momentos de efectuarse la compra, el diario El País publicó que Metro de Madrid "se frota las manos" por la "venta de unos vagones carne de chatarrería". Aquí permanecen en taller por inconvenientes técnicos.
Recientemente, una serie de explosiones controladas se llevaron a cabo en coches radiados por operadoras de metro europeas como parte de un proyecto de investigación cuyo objetivo es desarrollar unidades más resistentes frente a ataques terroristas.
La atención se centra en la contención de los efectos de una explosión, la principal causa de muerte y lesiones ante estos episodios. El proyecto es financiado y desarrollado por varios participantes, entre ellos Bombardier y Metro de Madrid.
Recientemente se llevó a cabo una explosión controlada en un coche radiado de la serie CAF 5000 del Metro de Madrid, que fue grabado con cámaras de alta velocidad para obtener una comprensión de cómo la onda expansiva se desplaza a lo largo de la unidad y de cómo el mobiliario interior reacciona ante el siniestro. "Los atentados de Madrid en 2004 y el ataque del 7/7 en Londres al año siguiente pusieron en relieve la vulnerabilidad de nuestros trenes ante episodios terroristas", dijo al respecto Conor O'Neill, Gerente del Grupo Rail Vehicles en NewRail.
Los CAF 5000 que Metro de Madrid emplea como material de rezago para pruebas de detonación son los mismos que el Gobierno de la Ciudad adquirió como refuerzo para la flota de la línea B. Los coches de la primera serie fueron fabricados en 1974, hace casi 40 años. En Europa se calcula la vida útil de un coche de tren en unos 30 años, aunque en la flota porteña serán un poco más nuevos que los GEE y Nagoya, y algo más viejos que los Materfer industria nacional, de notoria similaridad en el diseño.
En una búsqueda exhaustiva por el mundo de material rodante usado compatible con el Subte, no fue fácil encontrar empresas dispuestas a reacondicionar trenes para enviar a la Argentina. Pero la española CAF ofreció adaptar algunos trenes de la Serie 5000 del Metro de Madrid que allí ya fueron radiados, siendo reemplazados por unos de última generación.
Tal como informó oportunamente enelSubte.com, en 2008 llegó la primera dupla de estos coches, enviada refaccionada al subterráneo porteño sin costo, donde el Estado nacional sólo pagó los gastos marítimos de envío. Tras las pruebas que se realizaron en la línea B por aquel entonces para conocer si los resultados justificaban la adquisición de seis formaciones completas, finalmente el Estado Nacional desistió de la compra.
Tiempo después, el GCBA llevó adelante por su cuenta la adquisición de 36 coches para conformar unas 6 formaciones. Cuando se concretó la operación, el diario español El País publicó que "Metro de Madrid se frota las manos con los 4,2 millones de euros que ha sacado por la venta de unos vagones carne de chatarrería tras 32 años de traqueteo".
SBASE desembolsó 550 mil USD por cada coche adquirido, incluyendo el flete, las adaptaciones locales y el IVA. La incorporación de este material rodante es fundamental para poder inaugurar las estaciones Echeverría y J. M. de Rosas manteniendo la frecuencia actual de 3 minutos en hora pico. La línea B transporta actualmente por día unos 400 mil pasajeros a los que se sumarían unos 65 mil más a partir de la inauguración de estas dos nuevas estaciones en Villa Urquiza.
Recientemente, el jefe de Gobierno Mauricio Macri visitó el Puerto de Buenos Aires donde desembacaron otros 12 coches CAF para presentar las unidades.
Cuando entren en servicio, la línea B contará con una flota tecnológicamente diversa, problema que había solucionado la incorporación de los Mitsubishi, y con el dudoso privilegio de que ambos tipos de coches estuvieran destinados a la destrucción en sus metros de origen. Los Mitsubishi de la línea Marunouchi estaban destinados al fondo del océano cuando Metrovías gestionó su compra, pagada por el Estado Nacional a mediados de la década del 90. Como suele ocurrir con la industria ferroviaria japonesa, resultaron sin embargo de una fiabilidad notable. Los coches CAF españoles, de reputación no tan sólida, vienen en cambio a Buenos Aires para salvarse de ser detonados.