Lo interesante es observar cómo se ve a sí mismo Luis Majul, como una especie de protoperiodista, alguien que es un epítome de la profesión.

Y, sin contar el costado de apoyo explícito al Gobierno, -y saliendo del debate ya viejo sobre el 'periodismo militante', es pobrísimo lo suyo a nivel estrictamente profesional.

Leer al aire un mensaje del ministro de Economía de su cuenta de X y no chequear siquiera si se trata de una cuenta autenticada es una falta de rigor que lo deja en el lugar que merece.