El oscuro pasado del jefe del operativo de la Metropolitana en Santa Cruz
Para que se efectuase el operativo en Río Gallegos en el marco de la causa Hotesur, la policía de Macri envió un 'pelotón' comandado por Fernando Culshaw, quien antes de ingresar a la Metropolitana había sido echado de la Federal por sus vínculos con el delito.
Fernando Daniel Culshaw tiene un alto cargo en la Policía Metropolitana; de hecho, fue el encargado de comandar el 'pelotón' que la fuerza de Mauricio Macri envió a Santa Cruz para realizar los allanamientos ordenados por al ahora separado juez Claudio Bonadio.
La Metropolitana es una fuerza policial relativamente nueva, pero sus jefes no son novatos. Culshaw es un caso paradigmático, dado que fue reclutado luego de ser expulsado de la Policía Federal por sus vínculos con redes delictivas.
En los 90 estuvo en la Subdelegación Puerto Iguazú y en la División Operaciones Federales, destinos asociados con la labor antiterrorista posterior al atentado contra la AMIA, que estaba a cargo del comisario Fino Palacios, el primer jefe de la Metropolitana.
Desde enero de 2008 hasta agosto de 2011, Culshaw fue jefe de la División Asuntos Contravencionales y Faltas de la Policía Federal, que se encarga de prevenir e investigar las actividades prohibidas por el código respectivo: venta ambulante, oferta de sexo en la vía pública, juego clandestino y expendio de alcohol sin habilitación.
En esos años, no cayó una sola banda u organización de las que Culshaw debía investigar, de lo cual se puede colegir fácilmente que estaban protegidas por Asuntos Contravencionales, la división que comandaba el policía el reconvertido policía.
Tras pasar por la Guardia Nocturna de la Superintendencia de Interior, la Junta Superior de Calificaciones de la propia Federal consideró en 2012 que no era apto para ascender y, en enero de 2013, la entonces ministra Nilda Garré lo pasó a retiro.
Ya en la Metropolitana, Culshaw sumó a su currículum haber comandado el polémico desalojo del asentamiento 'Papa Francisco' de Villa Lugano, que incluyó decenas de heridos, entre ellos mujeres y chicos, y casas destruidas por topadoras a su mando.