Una nueva renuncia se suma a la larga lista de funcionarios que han abandonado su cargo antes de que se cumpla el primer año del gobierno de Javier Milei.

Pero en el caso puntual del ex ministro de educación del menemismo, Manuel García Solá, su salida fue a pedido del Gobierno después de que objetara la persecución ideológica dentro del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, tanto a becarios como a investigadores.

En una dura carta de renuncia el ahora ex funcionario dejó de lado los eufemismos y dejó en claro que su salida no se debía a cuestiones personales sino por oponerse a una cacería de brujas.

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La carta de despedida fue dirigida a la Sociedad Rural Argentina que fue quien lo había propuesto para el cargo, y en la misma expresó que "en la historia reciente de la Humanidad, jamás se alcanzó la libertad económica, en la que coincidimos y por la que bregamos en la SRA, sin libertad política, libertad de pensamiento y disenso democrático, sin respeto a las ideas del otro, sin tolerancia y sin justicia en la distribución de los bienes".