Según la resolución 3909 del Ministerio de Comunicación donde figura el acuerdo entre el ENACOM y la empresa Nextel, el Estado le otorga a Cablevisión Holding el poder de operar las frecuencias de 4G.

Para poder llevar a cabo el negocio, el multimedios oficialista deberá pagar al Estado la suma de 30,6 millones de dólares, y se hará con parte del mercado de la telefonía de máxima velocidad.

Pero en realidad, el costo de esta operación para Clarín representa tan solo en 5% de lo que el Gobierno le pidió a sus competidoras, en una carrera tan desigual como favoritista.

Ante la caída de Nextel, Clarín logró cambios legislativos a su medida, anuló la Ley de Medios y consiguieron hacerse con la utilización de frecuencias conocidas como "refarming". No solo eso, sino que lo hicieron a un precio más que conveniente. Se podría decir, escandaloso.


Entre 2014 y 2015, cuando se licitaron las frecuencias 4G, las empresas de telecomunicaciones tuvieron que pagar muchísimo más para entrar al mercado. Según una nota de La Nación, del 2 noviembre de 2014, Personal tuvo que abonar U$S 602 millones, 20 veces más que Nextel; Claro, U$S 590 millones, y Movistar, de Telefónica, unos U$S 427 millones, publicó Nuestras Voces.

Pero ahora con sus amigos Magnetto, Noble, Aranda y Pagliaro, la situación es bien diferente. ¿Una devolución de favores de campaña quizá? No se sabe, pero a diferencia de años anteriores el Estado entregará las frecuencias "a demanda", esto quiere decir, a dedo... como ocurre en este caso.