La visita de Javier Milei al Instituto Copello dejó bastante tela para cortar. Por un lado un ejemplo claro de adoctrinamiento en las escuelas, al hablar de liberalismo y criticando a la izquierda frente a los alumnos.

Por otro la falta de empatía cuando un alumno se desmayó delante suyo y no solo no se movió para ayudarlo sino que hizo una broma al respecto.

Y para completarla hizo un chiste subido de tono frente a chicos menores, al referirse al consabido caso del burro “que no coge por lindo sino por insistidor”.