La perplejidad de Reynaldo Sietecase se hizo explícita cuando le dijo a Francisco Paoltroni que creía que podría haber reflexionado sobre sus palabras acerca de la inexistencia del concepto de femicidio, dándole una salida posible ante semejante dislate.

Pero Paoltroni, firme al signo  de los tiempos, se sostuvo en su posición y la rebatió desde la lógica propia de las redes sociales.

Así preguntó si no debería buscarse una figura para cuando una mujer asesina a un hombre, incluso en un exceso de imaginación lo relató metiendo el cuerpo en una máquina picadora de carne.

Lejos de entender que los femicidios son asesinatos realizados a las víctimas por el hecho de ser mujeres, de parejas, ex parejas, o acosadores, que las matan solo por su género, se mantuvo en sus trece como un nene de tercer grado.