“El comedor que tenía de siete días lo tuvimos que cerrar por dos cuestiones. Uno por la falta de mercadería, la otra porque las cocinaras que trabajan no nos dieron ni siquiera un Potenciar Trabajo. Y una de las cocineras, que por las mañanas trabajaba en una casa, me dijo que necesitaba otro trabajo porque la plata no le alcanza”, contó Ricardo Cardillo. 

Entrevistado en Duro de Domar, por C5N, el religioso que trabaja en la Parroquia San Juan Bautista, de la localidad de Bernal Oeste, en Quilmes, contó que la gente está cada vez peor.

“Este gobierno es una manga de sínicos que están destrozando la raíz de nuestro pueblo solidario. Porque incluso la gente que nos ayudaba para el comedor, ahora no sólo nos piden perdón por no poder hacerlo, encima nos piden plata”, agregó.