Diputado radical deja la UCR porque la oposición busca desgastar la democracia
El legislador radical Eduardo Santín anunció que abandona el bloque de la UCR en Diputados argumentando que "estamos casi con bandera de remate, tratando de prendernos a algún candidato de derecha".
"Siento que la conducción del radicalismo ha abandonado las banderas de nuestro partido", dijo el diputado nacional Eduardo Santín, que ahora tiene su bloque unipersonal, apuntando las críticas tanto a Ernesto Sanz como a Gerardo Morales.
En ese sentido, advirtió que "con el tema Nisman" la oposición –incluida la UCR– "intenta generar un desgaste al sistema (democrático) para que llegue (a fin de año) lo más debilitado posible".
Santín abandonó el bloque de la UCR en la cámara baja haciendo pública la siguiente declaración:
Cuando me afilié a la Unión Cívica Radical, hace más de 42 años, lo hice partiendo de la base que me incorporaba a una fuerza política que tenía vocación de poder, un fuerte contenido democrático y un pasado que lo avalaba como fiel defensor de la igualdad y el sentido popular.
Hipólito Yrigoyen, creador de un partido de concepción nacional, humanista, popular y hermanado con la patria grande, alejado de la sociedad de caudillos provinciales que se unían para ganar elecciones; Crisólogo Larralde comprometido con la lucha a favor de la justicia social para los sectores populares; Arturo Illia y su inconfundible disputa contra las corporaciones en defensa del interés nacional y de la identidad latinoamericana; Y el liderazgo de Raúl Alfonsín, me permitieron tener la utopía de la construcción de una sociedad más justa, democrática e igualitaria.
Raúl Alfonsín nos abrió la oportunidad de convocar a millones de argentinos desde la política, bajo la bandera de la recuperación democrática, mostrando al mundo que la Memoria, la Verdad y la Justicia eran posibles. Llevando adelante la equidad social hizo de la Ética de la Solidaridad un fin en si mismo.
Todos esos valores que me acercaron a la UCR fueron traicionados por la conducción partidaria que se alineó a los sectores más retrógrados desde lo político y lo económico, con el único fin de derrotar a un gobierno que con sus déficits y sus errores, reivindicó la política, le dio continuidad a la conquista de derechos individuales, que tiene una mirada regional latinoamericanista, que apostó a la lucha por la verdad y la justicia, que puso en discusión la distribución del ingreso y la deuda externa y que volvió a incorporar a los jóvenes al debate de la política.
Hoy el partido, como en otras etapa de su historia, fue cooptado por los sectores conservadores hace ya más de 10 años y lo llevaron tras la agenda del poder corporativo; Lo vaciaron de identidad nacional, convirtiéndolo en un conglomerado de candidatos territoriales, sin concepción popular, vaciado de ideología socialdemócrata que en nada se diferencia de los planteos neoliberales . Vamos camino al “Caprilismo” o a la “Unión Democrática”.
Lo UCR abandonó uno de los principales atributos que tenía, que era su debate interno. La Convención Nacional tiene el triste privilegio de no haberse reunido nunca en tres años, el Comité Nacional solo lo hace para le elección de autoridades y el resultado es el vaciamiento de un partido que tomaba sus decisiones democráticamente.
Frente a este panorama se hace muy difícil pertenecer a un bloque donde las decisiones las recibimos por los diarios, donde no importa qué se discute pero la regla del “me opongo” es el argumento principal.
Es cierto que el oficialismo desnaturalizó el Congreso, negando en la mayoría de las ocasiones la posibilidad de mejorar, discutir y buscar consensos. Sin embargo, la contracara que es el Grupo A no se muestra como algo distinto cuando no le ofrece a la ciudadanía una alternativa que mejore esta metodología.
Sé que no tengo el radicalómetro, pero también estoy convencido que esta conducción, desde Fernando de la Rua hasta acá, continua espantando a los votantes progresistas que nos acompañaron a lo largo de la historia.
Sigo creyendo que la UCR de Yrigoyen, Larralde, Illia, Alfonsín, sigue en el corazón y en la conciencia de miles de ciudadanos. Creo en su recuperación, pero es el momento de proponer el proyecto desde otro lugar para que el pueblo pueda ver que HAY OTRO RADICALISMO Y QUE ESTAMOS COMPROMETIDOS CON EL.