De paseo por la protohistoria
Por Demetrio Iramain
1
Cada vez que el mentón del que tiró del bolso
se vuelve una mueca más del empedrado, y
sobre la humanidad del pibe de gorrita maniatado
en el suelo hacen fila
6, 7, 8 argentinos de bien más la señora del 4º C
que interrumpe Avenida Brasil cuando
escucha gritos en la puerta y baja a
lo campeón con una cuchara en la mano,
todos los siglos de pensamiento, poesía, ciencia,
que nos preceden y diferencian al hombre del
mono que fuera alguna vez,
se vuelven apenas la distancia que separa a un animal
de su pedazo de comida.
2
El hombre repite de grado,
debe cursar mono otra vez,
volver a la palabra/ regresar
a la historia/, de los árboles bajarse
en cuatro patas.
3
Aquí llega él,
felizmente reivindicado,
reconocido en su justa medida,
vuelve recargado,
está a sus anchas,
hizo su casa de dos plantas en el corazón
de la clase media y media alta
y alta del todo
y de más abajo a veces también.
Lo extrañábamos,
fue injusta y cruel su
despedida,
no la merecía él
y menos aún nosotros
que nos quedamos solos
huérfanos todo este tiempo.
Bienvenido, querido ingeniero Santos
4
¿Y usted dónde estaba en
la dictadura,
qué hizo por los desaparecidos?,
”, le espeta en la cara
Massa a Zaffaroni a la
salida del tea party que tomó
en Estados Unidos con
Rudolph Giuliani
y cuanto republicano
le aceptara la mano
extendida
Bush padre o hijo
de haber pasado por ahí.
Tramitaba hábeas corpus
”, responde el todavía juez, “
trataba de correr a 1 o 2
la tolerancia 0 del régimen
para quienes ya entonces
no pensaban como vos
seguís pensando ahora,
afuera de la historia,
ajeno al hombre
”.

1
Cada vez que el mentón del que tiró del bolso se vuelve una mueca más del empedrado, y sobre la humanidad del pibe de gorrita maniatado en el suelo hacen fila 
6, 7, 8 argentinos de bien más la señora del 4º Cque interrumpe Avenida Brasil cuando escucha gritos en la puerta y baja a lo campeón con una cuchara en la mano,
todos los siglos de pensamiento, poesía, ciencia, que nos preceden y diferencian al hombre del mono que fuera alguna vez,
se vuelven apenas la distancia que separa a un animal de su pedazo de comida.


El hombre repite de grado,  debe cursar mono otra vez, volver a la palabra/ regresar a la historia/, de los árboles bajarse en cuatro patas.


Aquí llega él, felizmente reivindicado,reconocido en su justa medida, 
vuelve recargado,está a sus anchas, hizo su casa de dos plantas en el corazón de la clase media y media alta y alta del todoy de más abajo a veces también. 
Lo extrañábamos, fue injusta y cruel su despedida, no la merecía él y menos aún nosotrosque nos quedamos solos huérfanos todo este tiempo.  
Bienvenido, querido ingeniero Santos

4
“¿Y usted dónde estaba enla dictadura, qué hizo por los desaparecidos?, ”, le espeta en la cara
Massa a Zaffaroni a la salida del tea party que tomó en Estados Unidos con Rudolph Giuliani y cuanto republicano le aceptara la mano extendida 
Bush padre o hijode haber pasado por ahí.
“Tramitaba hábeas corpus”, responde el todavía juez, “trataba de correr a 1 o 2 la tolerancia 0 del régimen 
para quienes ya entonces no pensaban como vosseguís pensando ahora, afuera de la historia, ajeno al hombre”.