Los episodios de violencia en Córdoba dejaron mucha tela para cortar. Desde la ineficacia del gobernador para coordinar la ayuda necesaria frente a una situación de emergencia, hasta la sospechosa actitud policial que provocó el contexto prefecto para los desmanes.

El martes a las 20.45, la ministra de Seguridad Alejandra Monteoliva le aseguraba a radio Cadena 3 de Córdoba que no existió "una comunicación con Gendarmería, no la hubo".

En la madrugada del miércoles, el gobernador de la provincia cordobesa José Manuel De la Sota le perjuraba a TN que desde el gobierno no lo habían querido atender: "Durante toda la tarde han llamado hasta a la casa militar de presidencia. No hemos recibido respuesta hasta hoy. A lo mejor es que los teléfonos no andan bien", ironizó.

Para confirmar el hecho de que De la Sota pone su orgullo por encima de la seguridad de sus gobernados, el fax que le envió al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, elimina su coartada. Los datos de envío muestran con claridad que fue a las 8:40 del miércoles. Impresentable.