Es un hecho que el Frente de Todos deberá rehacer el armado electoral para el año que viene. Y como en cualquier espacio o alianza política, la correlación de fuerzas es fundamental para definir quién conduce y quién acompaña.

Es por ello que no es menor lo que pasó este fin de semana en las elecciones de autoridades municipales del PJ, en las que La Cámpora se enfrentó a varios de los caciques locales del partido con llamativo éxito. 

En 11 distritos bonaerenses no hubo lista de unidad, es decir que hubo una disputa interna electoral por el acceso a los cargos partidarios del Partido Justicialista.

La "orga" que dirige Máximo Kirchner, quien además ya es el presidente del PJ a nivel bonaerense, se quedó con tres de los distritos de mayor peso electoral: Tres de Febrero y San Miguel.

De este modo, a diferencia de lo que sucedía en años anteriores el PJ ya no es un terreno ajeno para el kirchnerismo, que gana cada vez más posiciones en el partido más importante del Frente de Todos. Y que además tiene la carga simbólica de ser el sello que fundó el propio Perón. 

En Tres de Febrero Juan Debandi logró destronar del cargo al exintendente Hugo Curto.

En San Miguel el camporista Juan José Castro derrotó a la lista de Joaquín de la Torre, el peronista conservador que está junto a Vidal. 

En San Isidro, la alianza entre el cristinismo y los referentes del massismo se impusieron ante la lista de Santiago Cafiero.

Las victorias son un golpe para las aspiraciones de Alberto Fernández de volver a ser la cara de la unidad en 2023. Sin embargo, la elección está lejos y en política los procesos son dinámicos y pueden cambiar hasta en la última semana.