Crisis: la impotencia de un hombre que debió cerrar su fábrica en un pueblo de Santa Fe de mil habitantes
Cerró la empresa clave de un pueblo de apenas mil habitantes y que ahora mucha de la gente perderá el trabajo. La realidad libertaria.
“Es una impotencia terrible para mí”, contó Rogelio, dueño de la empresa que cerrará sus puertas después de 56 años.
El cierre dejará sin trabajo a personas que son amigos, familiares y vecinos del dueño. Pero ya no puede pagarle los sueldos.
En el medio, el discurso de la crueldad del Gobierno se esparce. Un colectivero bajó del transporte a un padre que no podía pagar el boleto de sus hijos. Para bajarlo lo atacó con una picana eléctrica.