Los empresarios argentinos parecen no entender ni la situación que vive el país, ni lo que padece su pueblo. Es por eso que, además de levantar la voz en contra de cualquier tipo de intento de distribuir su abultada riqueza, fortuna que -dicho sea de paso- generan a costa de la explotación de los recursos naturales de nuestro país, ayuda del Estado que financiamos entre todos y la mano de obra que les da la gente que trabaja para ellos, además se dan el lujo de realizar gastos suntuarios.

Es el caso de Eduardo Costantini, el empresario financiero y caprichoso coleccionista de arte acaba de comprar una obra de Frica Kahlo por la friolera cifra de 35 millones de dólares. 

Una asignación social en Argentina hoy está cerca de los cinco mil pesos. Al dólar oficial son 50 dólares al cambio oficial y unos 25 en el paralelo.

Es decir que el costo de la obra que acaba de comprar el empresario alcanzaría para cubrir 1.400.000 asignaciones universales. 

Eduardo Constantini

Lo que tuvo que pagar Costantini como aporte extraordinario a las grandes fortunas seguramente fue una cifra mucho, muchísimo menor, a la que pagó por la obra de la pintora mexicana.

En el momento del debate por el impuesto, el empresario dijo que su aplicación metía "miedo". Vale preguntarse qué pensará que genera la noticia del cuadro que compró Costantini en las millones de familias que no llegan a fin de mes, en las madres que saben que esta noche no le pueden dar de comer a sus hijos. ¿Les dará 'miedo' la compra del cuadro? ¿O más bien les dará otra cosa?