En la nueva grieta que inauguró la llegada del líder de La Libertad Avanza al poder, Elisa Carrió quedó del lado opositor, a pesar de que muchos de los que hasta hace poco estaban a su lado ahora la miran desde la vereda de enfrente.

Para ella, el punto de quiebre es el costado autoritario que le adjudica a Javier Milei que, según su pronóstico, lo va a llevar a atentar contra los derechos individuales de los argentinos.

Pero esto empieza desde la palabra utilizada, por lo que mostró su preocupación por el lenguaje grosero y vulgar que utiliza el mandatario.