Nicolás Gabriel Carrizo, el cuarto detenido de la causa en la que se investiga el intento de asesinato de la vicepresidenta Cristina Kirchner, negó este viernes haber participado en la organización del ataque.

Además, aseguró que los mensajes incriminatorios detectados en su teléfono celular fueron disparados como una broma.

Vale recordar, en los mensajes que se encontraron en el teléfono de Carrizo, el joven se quejaba por cómo había salido el atentado y aseguraba que el ataque debió haberse realizado en otro momento.

Sobre el mensaje en el que se quejaba por el fracaso de la maniobra para matar a Cristina, el imputado declaró que se trataba de una "broma" que le estaba haciendo a una pariente cercana y consideró que los investigadores lo sacaron de contexto, por lo que solicitó que esa persona sea citada a declarar en calidad de testigo. 

En un momento de su declaración, Carrizo rompió en llanto y aseguró que conoció a los procesados Fernando Sabag Montiel y a Uliarte en una fiesta hace tres meses y que el hombre que quiso asesinar a la vicepresidenta le dijo que estaba sin trabajo, por lo que le ofreció sumarse a su emprendimiento de producción y venta de algodón de azúcar. 

Sobre la cuestión de su emprendimiento, afirmó que no conoce los recorridos que hacen los vendedores a los que provee de los copos para vender y sostuvo que cada uno sale a ofrecer el producto y luego le pagaban una suerte de canon. 

Además, sostuvo que salió a defender a Uliarte en una entrevista con el programa televisivo Telefé Noticias porque ella les dijo a los vendedores de algodón de azúcar que había recibido amenazas, pero señaló que luego de enterarse de que podía tener vinculación con el ataque a la Vicepresidenta fueron a presentarse ante la Policía para que se los considerara como testigos.