Abuelas de Plaza de Mayo repudia la decisión de la justicia que beneficia al represor Patti
Por medio de un comunicado, alertaron que con dos condena a cadena perpetua por delitos de lesa humanidad, el represor tendrá el beneficio de prisión domiciliaria. "Entendemos que el cuadro de salud que presenta Patti puede tratarse adecuadamente en el Hospital Penitenciario de Ezeiza y a través de la Dirección de Sanidad del Servicio Penitenciario Federal, como lo venía haciendo", denuncian las Abuelas.
Las Abuelas de Plaza de Mayo repudiamos la decisión del juez del Tribunal Oral Federal de Rosario N°2, Omar Paulucci, quien dispuso que el genocida Luis Abelardo Patti cumpla prisión domiciliaria dentro de una casa ubicada en el barrio privado “Septiembre Country Club” de la localidad de Escobar.
Entendemos que el cuadro de salud que presenta Patti puede tratarse adecuadamente en el Hospital Penitenciario de Ezeiza y a través de la Dirección de Sanidad del Servicio Penitenciario Federal, como lo venía haciendo. Llamativamente, el juez Paulucci fundamentó su decisión en los trastornos que provocaría a Patti su traslado para ser atendido en establecimientos médicos fuera de la cárcel, traslados que deberá continuar realizando desde su nuevo domicilio de privilegio.
Además, resulta preocupante que no se tuviera en cuenta la circunstancia, debidamente acreditada, de que en el desarrollo de los juicios en su contra Patti fingiera afecciones de salud para evitar ser juzgado.
Finalmente, si bien en la decisión judicial se dispuso incorporar a Patti al programa de “vigilancia electrónica”, no se ha ponderado el hecho de que el domicilio se encuentre en un barrio cerrado, lo que dificulta la realización de mayores medidas de control así como una respuesta rápida ante el quebrantamiento de los límites de la prisión domiciliaria.
Por eso además de rechazar el privilegio concedido a Luis Abelardo Patti y exigimos la protección de los testigos que han contribuido a que los responsables de delitos de lesa humanidad sean condenados. En este sentido reclamamos que se adopten medidas para garantizar que las prisiones domiciliarias no se transformen en una libertad encubierta.