'No es positivo': la novia de Cobos se bajó del cargo en la Justicia mendocina
Finalmente Natalia Obon no asumirá en la Secretaria en la Cámara Federal de Apelaciones. La polémica había estallado porque la pareja del ex Vicepresidente se había recibido sólo hacía unos meses.
Un escándalo estalló en Mendoza, tierras del senador radical Julio Cobos. Es que la pareja del ex Vicepresidente, Natalia Obon, quien se recibió hace sólo unos meses, había sido nombrada para para la Secretaria en la Cámara Federal de Apelaciones de esa Provincia. Pero por las críticas, terminó por anunciar que no asumirá.
“Sé que cumplo con los requisitos establecidos, que tengo la capacidad y las ganas para desempeñarlo correctamente pero también entiendo que se ha generado un manto de dudas sobre mis condiciones y sobre mi pareja, algo que no quiero ni puedo permitir por lo que he decidido declinar y no aplicar al mismo”, dijo en una carta que publicó en su cuenta en la red social Twttiter.
Para ella, los cuestionamientos son porque hay una “puja de poder” con Cobos. "Existió, existe y existirá una mujer con identidad propia por sobre el "es pareja de". Soy y existo y me forjé más allá del hombre con el que comparto y transito el camino cotidiano".
Obon cursó a distancia en la Universidad Siglo XXI y se graduó hace pocos meses. El nombramiento en la Cámara Federal mendocina contó con la aprobación del ahora ex presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti.
La carta completa de Natalia Obon:
Me veo en la necesidad de hacer algunas aclaraciones debido a situaciones comunicadas con alguna intención determinada, prejuzgando mis condiciones, capacidades y experiencias tanto laborales como académicas.
No es la primera vez que algo así sucede. Ya en otra oportunidad –al comienzo de mi actual relación de pareja- difamaron, dieron por cierto rumores, invadieron la privacidad, mencionaron asuntos absolutamente personales delicados y me descalificaron con información falsa; e incluso inventaron un embarazo y como si esto no fuera suficiente, hasta se habló de un aborto. Temas muy graves, tristes y lesivos. No importó el profundo daño familiar y personal que ocasionaron y por supuesto luego nadie se preocupó por desmentirlo ni rectificarlo.
De esa misma manera aunque con distinto tenor, hoy también manchan y desprestigian mi persona, la de mi pareja, la de mi familia y de miembros del Poder Judicial. Entiendo que determinadas situaciones se aprovechan para terciar en pujas de poder, intereses particulares y operaciones.
Existió, existe y existirá una mujer con identidad propia por sobre el “es pareja de”. Soy y existo y me forjé más allá del hombre con el que comparto y transito el camino cotidiano.
Egresé del secundario como Perito Administrativo Contable con medalla de primer promedio. Estudié carreras universitarias: la primera en Mendoza en la Universidad Massa dónde obtuve el título de Nutricionista. Posteriormente, en la Universidad Católica de San Juan egresé como Licenciada en Nutrición con promedio 9,40. Ya siendo mamá de mis tres hijas y divorciada, decidí iniciar mis estudios de abogacía en la Universidad Siglo 21 y con mucho esfuerzo logré recibirme en tiempo y forma con promedio 8,70.
Trabajo desde los 16 años porque siempre entendí que debemos forjar nuestro propio destino y lograr la independencia económica. Una vez recibida, trabajé en consultorios como profesional y durante diez años en una asociación con niños con síndrome de Down. Ingresé al Consejo Deliberante de la Ciudad de Mendoza, donde empecé mi segunda carrera universitaria a fin de enriquecen mi labor. Me desempeñé en la oficina jurídica y luego como secretaria de la Presidencia. Luego asumí como asesora en el Honorable Congreso de la Nación, gran y hermoso desafío no solo por lo que implica sino por la exigencia que requiere el área legislativa con diversos alcances, lo que me exige permanente actualización, estudio y capacitación.
Ha sido un verdadero honor que me considerasen para tan prestigioso cargo en la recientemente conformada Cámara de Apelaciones Federal de Mendoza. Sé que cumplo con los requisitos establecidos, que tengo la capacidad y las ganas para desempeñarlo correctamente pero también entiendo que se ha generado un manto de dudas sobre mis condiciones y sobre mi pareja, algo que no quiero ni puedo permitir por lo que he decidido declinar y no aplicar al mismo.