Además de dolerle más al bolsillo de los conductores, la suba de la nafta se trasladaría inmediatamente a los costos de distribución y por ende, a los precios de los productos.

La suba del dólar de la semana pasada no sólo afecta ahorristas, sino que la gran incertidumbre es cuánto de ello se trasladará a la inflación, que parece ya cada vez más cerca de romper el techo prometido por el Gobierno.

En ese marco, los expendedores de combustibles esperan ansiosos la suba. "En la actualidad, el atraso entre el precio de venta y los costos ronda el 30%. Desde que se liberaron los combustibles en Argentina, los gastos subieron casi un 60%, mientras que los valores en el surtidor crecieron la mitad. Esa diferencia hay que saldarla cuanto antes", dejeron desde la Cámara de Combustibles al medio iProfesional.

"Si bien no debería aplicarse ahora, por un tema de sensibilidad social, hay que advertir que el aumento será inevitable. Es sólo una cuestión de timing", agregaron. 

En ese sentido, si bien los precios de los combustibles están "liberados", desde el Gobierno habrían pedido a YPF que todavía no toque los precios. Es que con el 50% del mercado, lo que haga la petrolera nacional arrastrará a todo el sector. 

Una de las posibilidades es que se espere hasta que el dólar se establezca en un nuevo precio de referencia. En cualquier caso, las subas son un hecho. Sólo es cuestión de ver cuándo se materializan.