"Resulta indispensable, aparición con vida y el Estado es responsable", se escuchaba corear desde distintas columnas que iban adentrándose en una Plaza de Mayo ya colmada alrededor de las 17 del viernes, para preguntar en un grito unísono: ¿Dónde está Santiago Maldonado?  

Santiago se encontraba junto a la comunidad Pu Lof en Resistencia Cushamen, el 1 de agosto de este año, para acompañar su reclamo de las tierras que les fueron quitadas por parte de Benetton en Chubut; pero Gendarmería se lo llevó. "Tenemos a uno", gritaban. "Dale al negro", repetían entre las fuerzas de seguridad. Más de 100 precisamente en la ruta 40. (1) 

Ya habían reprimido a la comunidad a principios de año, cuando Mario Das Neves, gobernador chubutense, rompió con la mesa de diálogo que mantenía con la comunidad en torno al paso del tren turístico La Trochita por territorios mapuches. La orden del accionar violento de las fuerzas de seguridad fue dictada por el mismo juez federal: Guido Otranto. (2) 

En Plaza de Mayo, mientras tanto, hasta pasadas las 20 del viernes, una multitud pedía por la aparición de Maldonado.  

Organismos de Derechos Humanos, partidos políticos, jóvenes, ancianos y actores estuvieron presentes. También se encontraba el hermano del joven desaparecido, Sergio Maldonado, acompañado por Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y otras organizaciones. Exigían también la renuncia de la ministra de Seguridad.  

"Dónde estás Santiago", reclamaba una señora junto a otra, quienes explicaban que a pesar de su avanzada edad estaban ahí. Porque las preguntas se repiten del pasado al presente. Y las acciones parecen traídas desde la oscuridad más absoluta y la memoria pasa factura.  

El acto se realizó con total normalidad y con la convicción de que una sociedad le decía a Mauricio Macri y a su gobierno "pará la mano, pará", al son de una de las canciones que cantó ‘Arbolito’. 

Pero como no podía ser de otra manera, luego de una hora en que el acto había terminado, ya que el documento final fue leído antes de las 20, apareció lo peor. Un raid policial se llevó por delante todo, para el éxtasis televisivo. Una TV más interesada en la violencia como espectáculo que en el pedido de un pueblo: saber dónde está Santiago.  

"Cállense o los próximos desaparecidos van a ser ustedes", le dijo una de las policías de la Ciudad a una de las detenidas del viernes, Micaela Maggio, quien relató este hecho en la indagatoria del domingo.  

O el 31 de agosto, un día después de la marcha en Córdoba contra el gatillo fácil, el fiscal Gustavo Dalma allanó más de diez locales partidarios y centros culturales por la rotura de una vidriera tras la protesta realizada la semana pasada. (3)  

Secuestraron banderas, bombos y sachets de leche de los comedores de los locales. Al otro día era el acto para pedir la aparición con vida de Santiago Maldonado.  

Pero esto ya estaba escrito y ya era sabido: a Cambiemos le molesta un pueblo que le exige. 

Así lo demostró cuando comenzó a confeccionar un proyecto de Reforma del Código Penal que buscaba sancionar "agresiones en piquetes e intimación pública" que, según relata Infobae, apuntaba a endurecer las penas "hacia personas que cubren su rostro o exhiben elementos contundentes", mientras se proponía una nueva tipificación delictiva del “terrorismo”, nuevos mecanismos de investigación para detectar células o personas aisladas relacionadas con grupos extremistas, fortaleciendo algunas áreas específicas del Estado para la represión (4). 

Y lo puso en marcha, cuando la Policía de la Ciudad con sus chalecos bordó sin identificación, comandada por Horacio Rodríguez Larreta, junto con la maldita Policía Federal, arremetieron ferozmente contra trabajadores de prensa. Golpes, patadas y gas lacrimógeno de lleno en la democracia, digo... en la cara. Esto no supone más que una orden bajada desde el mismo Gobierno para adoctrinar y decir "cambiamos futuro por pasado". Porque no fue otra cosa más que una escena plantada desde las fuerzas de seguridad en solidaridad con Gendarmería -porque fue Gendarmería la que se llevó a Santiago Maldonado- y que se encuentra bajo la lupa de una sociedad, mientras Patricia Bullrich barre las pruebas debajo de la alfombra, junto al juez y la fiscal. (5) 

A pesar del cambio de carátula de la causa (hasta el 23 de agosto era "NN sobre averiguación de delito"), la fiscal Silvia Ávila la recaratuló como "desaparición forzada" de Santiago Maldonado por pedido de la defensa de la familia del joven desaparecido. 

El Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas de la ONU define a esa figura por tres elementos: la privación de libertad contra la voluntad de una persona, la participación de agentes gubernamentales en el hecho y la negativa a revelar la suerte o el paradero de la persona interesada. 

Porque las pruebas, los testigos y los vídeos que salieron a la luz echan por tierra todo lo que quiso ocultar el Ministerio de Seguridad, con Bullrich a la cabeza y Pablo Noceti, segundo de la ministra, dando órdenes en el lugar mismo de la represión y donde se vio por última vez a Santiago.  

Mientras encarcelan a militantes y trabajadores de prensa por estar presentes en la marcha que se llevó a cabo a un mes de la desaparición, sin respuestas por parte de quienes deben investigar el hecho, sobre el hecho mismo no hay siquiera imputaciones. Y el jefe de Gendarmería de Esquel lo confesó: fueron órdenes directas.  

Porque también ese jefe de Gendarmería, Juan Escola, lo dijo livianamente: "¿sabe lo difícil que es ocultar a alguien?". Sí que se sabe: han ocultado a 30 mil desaparecidos durante la dictadura cívico militar, y hasta el día de hoy se siguen reconociendo cuerpos. Y encontrando nietos.  

Y como si fuera poco, quien debe bregar por la seguridad de los ciudadanos, la mismísima Patricia Bullrich, amedrenta y viola constantemente la integridad de las personas.  

Como sucedió con el testigo protegido del caso Maldonado: la ministra difundió su nombre y su apellido en su presentación en el Senado. Lo volvió a hacer a través de las redes sociales, cuando dio a conocer que apresó a una mujer por haber amenazado a la hija del presidente a través de las redes sociales. Esa persona se encontraba bajo un tratamiento psicológico y dar su nombre fue violar la ley de salud mental. (6) 

Porque es más fácil detener tuiteros que investigar a una fuerza de seguridad señalada como la única responsable de un delito de lesa humanidad: una desaparición forzada. 

Hay muchas preguntas que no se responden, hay evasivas por parte de quienes deben dar respuestas y no lo hacen, pero la pregunta que sigue prevaleciendo y se sigue retroalimentando desde la Argentina hasta del otro lado del mundo es: dónde está Santiago Maldonado.  

(1)http://www.revistacitrica.com/santiago-estaba-agarrado-de-una-rama-con-el-agua-hasta-las-rodillas-y-los-gendarmes-arriba.html  

(2)http://www.infonews.com/nota/305128/tres-heridos-muy-graves-en-la-nueva-represion - https://www.laizquierdadiario.com/Represion-y-ocupacion-militar-del-territorio-del-Pu-Lof-en-Resistencia-Cushamen 

(3) https://www.diarioregistrado.com/politica/persecucion-politica-en-cordoba--la-fiscalia-no-pudo-explicar-por-que-ordeno-los-allanamientos_a59a9822b642ff2539677fe17 

 (4) http://www.infobae.com/politica/2017/03/19/como-es-la-ley-antiterrorista-que-impulsa-el-gobierno-y-que-buscara-el-aval-de-la-onu/ 

(5) https://www.cronica.com.ar/info-general/Grave-denuncia-de-la-abogada-de-la-familia-Maldonado-contra-la-fiscal-20170830-0017.html 

(6) http://www.ambito.com/895829-la-igaffei-de-bullrich-detuvo-a-paciente-psiquiatrica-por-amenazas-a-antonia-y-revelo-su-identidad