En estos días en los que el mundo debe parar, la vida, en estado puro, se pone en movimiento y nos exige recordar lo esencial 

1

“La ópera es un hombre apuñalado que en vez de morir, canta. El rap es un hombre apuñalado que en vez morir, habla” Así le explica un viejo cantante de ópera  a un joven cantante de rap, acerca de la naturaleza de ambos géneros, en la película Cuatro notas de amor. Y agrega: “La ópera en sus comienzos era popular , luego la tomaron los ricos y la llenaron de ropa cara y teatros exclusivos” 

En su reflexión, el viejo cantante de ópera, intenta recordar lo esencial. El origen, el motivo por el que la humanidad creó la ópera. 

 2

Margarita Monges, poeta pampena y compañera del poeta Edgar Morisoli, tenía Alzheimer. Por lo que al finalizar el día olvidaba todo lo que hora antes había vivido. Al ver ésto, Edgar le obsequió a Margarita un cuaderno para que anotara todas las cosas del día, que al llegar la noche quisiera recordar  De esta situación, Morisoli hizo un poema: "Escucha  al benteveo y de inmediato escribe: "Hoy canta el benteveo"./Llega el hijo o come una naranja, y apunta en su cuaderno:"Vino Juan Pablo, hermoso","Me comí una naranja". Ni a traición, ni dormida le ganará el olvido la pulseada/ a esta frágil mujer casi invencible/Cuántos cuadernos van? - Yo ya perdí la cuenta, y no tiene importancia. Ella resiste y anota, con premura, burlando sabiamente la zancadilla de la desmemoria, gambeteando al vacío./Una escritura simultánea a los hechos, sin dejar ni un resquicio/ vulnerable al olvido. La vida no se entrega, lucha a brazo partido y a corazón entero"

3

José Luis Serrano es un reconocido artista cordobés, que desde hace décadas interpreta a Doña Jovita, anciana de Traslasierra, que con humor convida  sabiduría. Jovita se ha vuelto un emblema de la defensa del bosque, la sierra y el río, tanto que en algunas ocasiones ha despertado la indignación de algunos canallas que defienden los peores intereses que atentan contra la naturaleza. Serrano, su creador, reconoció haber padecido ataques de pánico y aseguró que pudo vencerlos gracias algo fundamental: recordar lo esencial. Y entre tantos recuerdos esenciales que lo sanaron, contó uno. Llegar al río y hundir los pies en el barro. 

4

Lorenzo, carnicero de San Cristóbal, es paraguayo. Confiesa que él sabe guaraní, pero que aprendió, como toda su generación, un guaraní contaminado por el español. Hace unos días visitó Paraguay y se llevó una sorpresa, los chicos están aprendiendo el guaraní puro. Por lo que en estos tiempos los hijos le enseñan a los padres a hablar como los antiguos. Es decir, la juventud le enseña a los más viejos, los secretos de los mayores.

 5

Joaco Stefanizzi nació con seis meses, 780 gramos de peso y un 30% de posibilidades de vida, tanto es así que en la sala de parto el médico le advirtió a Mauro, su padre, sobre la posibilidad de que viviera sólo unos segundos y que tuviera pocas chances de sobrevida.

Antes de cumplir un mes, Joaco fue sometido a nueve operaciones. Después de meses de permanecer internado en terapia intensiva pediátrica, pudo ir a su casa bajo un régimen de internación domiciliaria, aunque el daño neurológico y respiratorio sufrido hizo que dependiera de la electricidad para sobrellevar sus días conectado a un concentrador de oxígeno, a un monitor multiparamétrico y a un respirador artificial. Su mamá y su papá tomaron conciencia de la importancia de la energía eléctrica como soporte vital y emprendieron un camino de lucha  hasta fundar la Asociación Argentina de Electrodependientes, que en menos de un año  consiguió la sanción de la ley 27.351, que establece la creación de un registro nacional para lograr la gratuidad del servicio para los hogares con electrodependiente y la obligación de suministrar un generador para cuando se cortara la luz.  

En 2019, Mauro convirtió en un libro la historia de su hijo, bajo el título "Joaco nos conecta". En él narra las dificultades que han atravesado con, Mayra, su compañera, para mantener a Joaco con vida, sin embargo, ellos siempre han remarcado que la llegada de su hijo fue lo mejor que les pasó. 

Joaco murió el domingo 15 de marzo de 2020, a los seis años. En medio de esa dolorosa circunstancia, su padre nos legó una profunda reflexión: “Ahora veré a Joaco en cada uno de los electrodependientes…" y agregó: “Vuela alto Joaco. Que adonde sea que vayas, sea sin dolor y sufrimiento...”

Cuando los contadores de cadáveres, cuando los especuladores del vivir, cuando los empleados de la peste nos alquilen su "realidad", tengamos presentes a Joaco y a sus padres, y recordemos lo esencial