Mauricio I, emperador porteño
Macri pidió un préstamo de 400.000.000 millones de dólares para hacer el Paseo del Bajo, pero en tres años no construyó un solo jardín de infantes...
Por estas horas quedó inaugurado el Paseo del Bajo, una megaobra cuyo costo final ascendió a la friolera de 18.400.000.000 de pesos, cada uno de los cuales favorecerá a unos 800 micros y 15.000 camiones que habitualmente recorren un tramo de menos de siete kilómetros entre Retiro y la Autopista Buenos Aires-La Plata.
Si antes tardaban entre 20 minutos y media hora en recorrer esa distancia, ahora podrán hacerlo en unos 7 minutos, o 10 como máximo, según anticipan los expertos… A razón de 920.000.000 de pesos por minuto ahorrado. Una bagatela sostienen funcionarios y pretendientes a un conchabo estatal en un eventual próximo periodo presidencial.
María Eugenia Vidal estuvo en la magna inauguración, pero en realidad la plata la pusieron Horacio Rodríguez Larreta y Mauricio Macri, y en dólares: 272.000.000 de billetes verdes el jefe de Gobierno porteño y 400.000.000 millones el Presidente, a través de un préstamo tomado con la Corporación Andina de Fomento.
672.000.000 millones de dólares para que 800 micros de larga distancia y 15.000 camiones, según estiman medios afines al macrismo, ahorren un máximo de 20 minutos en su traslado de 7 kilómetros dentro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires… A razón de 96.000.000 millones de dólares el kilómetro, o 920.000 por cada metro.
125.000 metros cúbicos de hormigón y casi 18.000 toneladas de acero, entre otros materiales de diversa índole, se usaron para construir el Paseo del Bajo, destinados enteramente para reducir en 20 minutos el tránsito que va desde la Autopista 25 de Mayo a la que conecta con la capital bonaerense. De ahí la presencia de Vidal en el magno evento…
Y hablando de la gobernadora, ¿cuántos hospitales provinciales que jamás se harán bajo su administración –según ella misma confesó– se podrían haber construido con los 18.400.000.000 millones de pesos, los 125.000 metros cúbicos de hormigón y las casi 18.000 toneladas de acero que demandó el Paseo porteño?
¿O cuántos de los 3.000 jardines de infantes que Macri prometió en 2015, durante la campaña electoral, se podrían haber levantado a lo largo y ancho del país, dado que no hizo ni uno solo? ¿O escuelas primarias y secundarias? ¿O nosocomios de alta y mediana complejidad? ¿O centros de investigación científica?
¿O cuántas vacunas contra la gripe y la meningitis, que están faltando alarmantemente en todo el país, podrían haberse comprado o fabricado con esos 400.000.000 de dólares que el Gobierno Nacional tomó como deuda exterior y que los padres y los chicos que no pueden vacunarse seguirán pagando más allá del 11 de diciembre?
Macri sigue arrojando bolsos llenos de billetes hacia la patria contratista de la que él y su familia y amigos fueron y son parte; sigue despilfarrando la riqueza nacional a costa de miles de puestos de trabajo, de la salud y la educación de los argentinos. A cambio pretende ser reelegido por otros cuatro años.
O, en su defecto, ungido emperador de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; al igual que aquellos megalómanos romanos que hacían levantar fastuosas superestructuras completamente inútiles para entretener a la gilada, dilapidando el erario público y sacrificando la vida de millones de esclavos. Los porteños dirán…