Martín Guzmán no es monetarista
Conocemos a un buen número de economistas cuantitativistas que se enojan con quien sea que ponga en duda que la inflación es un fenómeno exclusivamente monetario. Aunque el FMI haya expresado que la inflación es un fenómeno multicausal. Un ejemplo del enfoque monetario simplificara las cosas diciendo que un incremento de la emisión monetaria de “n puntos porcentuales” (ej.: de 30% a 35%) requiere una caída de la velocidad de circulación del dinero de 5%, o un aumento de la demanda de dinero, para que no se acelere la tasa de inflación. Los neoclásicos y monetaristas afirman que si se deteriora la situación fiscal y el BCRA emite dinero, va acelerarse la inflación. La demanda real de dinero puede aumentar o, lo que es lo mismo, la velocidad de circulación del dinero descender. Conclusión, el nivel de inflación depende del comportamiento de la demanda de dinero. Si expandimos mas, la gente tiene que decidir querer tener más dinero, o quedarse más tiempo con él. Por lo tanto para este marco teórico el problema no es la magnitud de las necesidades de financiamiento del sector público, sino la dependencia de la emisión monetaria. Por eso lo relevante seria echar una mirada al total de las necesidades de financiamiento del sector público, no sólo el gasto público que es un tema político. Si quisiéramos hablar de economía cuantitativista en forma coherente, hablaríamos de déficit o superávit. Esto determina las necesidades de financiamiento. Cuando hablamos de gasto publico o impuestos estamos hablando de política.
La experiencia de diciembre de diciembre 2013/enero de 2014, muestra que no se puede explicar un salto en el nivel de los precios simplemente por la emisión directa. Los precios no dependen, en el cortísimo plazo, de la emisión. No existe emisión suficiente para explicar semejante salto inflacionario del verano (2013/2014). Además porque al mismo tiempo la base monetaria se contrajo 11.500 millones durante esos días. Todo al revés. La explicación es “ya vamos a ver algún día”. Probablemente existe una relación no perfecta entre emisión e inflación, porque es de largo plazo, aunque puede fallar como en EE.UU. y Europa desde 2008 y 2010 con extravagantes rondas de quantitative easing (laxitud monetaria).
Para la escuela keynesiana los incrementos en la demanda agregada solo producen inflación cuando los factores se están utilizando al máximo. No se concibe inflación si el desempleo es elevado. Y, si los incentivos fiscales que mueven la inversión son buenos aun con inflación, porque hacen crecer la capacidad instalada.
Luego la escuela estructuralista cepalina define dos mecanismos por los que surge el incremento en el nivel general de precios: 1) Presiones Básicas y 2) Mecanismos de Propagación. Los primeros surgen de la dependencia del sector externo (Modelo Centro – Periferia). La necesidad crónica de insumos y partes importadas, y no manejar los precios de dichas importaciones. Las modificaciones en los precios internacionales, impactan en los precios de la economía interna. Ante un shock externo de precios, como se dijo, los precios de la economía interna suben, y comienzan a propagarse. Los mecanismos de propagación: tiene que ver con la puja entre los actores de la economía y, el poder de cada sector para imponer su voluntad sobre la del resto. Ej.: sindicatos, corporaciones y Estado.
Lo cierto es que existe una marcada diferencia en el comportamiento de algunos precios. Ya que somos argentinos, hablemos del precio del trigo-que internamente pasa a harina y luego se hace pan y fideos-y como fluctúa tanto hacia arriba como abajo el precio internacional. Los precios de las commodities que cotizan en Chicago (son variables exógenas), mientras que los precios de bienes como los automóviles nuevos y el precio de la mano de obra han cambiado según el tipo de cambio (la paridad o tipo de cambio y esta son variables endógenas). Una variable es exógena cuando su valor no está determinado dentro del sistema. Su valor es un dato para el análisis. Ejemplo: para un productor argentino de soja, el precio internacional de la soja es una variable exógena. Para él es un dato sobre el cual no puede influir de manera alguna.
Una variable es endógena cuando su valor está determinado por el funcionamiento del sistema. Su valor se establece dentro del modelo. Ej.: en el flujo circular, el consumo de las familias y la inversión de las empresas son variables endógenas. Son decisiones que toman las familias y las empresas que forman parte del sistema económico. Lo mismo sucede con el tipo de cambio peso/dólar en un esquema de tipo de cambio flexible puro.
MEDICIONES POLÉMICAS
En la década del setenta, en EE.UU. Robert Gordon propuso que los responsables de la formulación de políticas se centraran en una medida de inflación que excluyera los alimentos y la energía, un corte aproximado a la distinción entre precios inerciales y no inerciales. Recuerde, ese fue un tiempo de cambios bruscos en los precios del petróleo y los precios de los alimentos también fueron mucho menos estables. La sugerencia de Gordon resultó tan útil que la “inflación básica”, definida por la exclusión de alimentos y energía, se convirtió en una medida y una guía estándar para la política de la Reserva Federal. Y el uso de esa medida ha sido un éxito práctico. La Fed pudo mantener la calma a través de varios picos de inflación impulsados principalmente por los precios del petróleo, porque su enfoque en el núcleo le dijo que se trataba de shocks transitorios, que la inflación subyacente se mantuvo baja, y la Fed tenía razón. En general la inflación subyacente es la inflación neta de los efectos de los cambios de precios regulados o estacionales también.
Pero la inflación excluyendo alimentos y energía fue siempre una aproximación rápida y sucia al concepto subyacente. Una sombra china del ideal de inflación en bienes con precios inerciales. Y aunque esta aproximación funcionó bien durante las crisis petroleras, no funciona en absoluto en un contexto BANI. Se queda corta. En países como Argentina, no alcanza nada.
En EE.UU. tampoco son los precios de los automóviles usados los únicos en los que no pensaban, pero que está teniendo cambios bruscos y, debería excluirse del núcleo. Como dice Krugman las interrupciones relacionadas con la pandemia han creado un aumento increíble en el precio del envío de contenedores. Estuvo tratando de estimar en cuánto pueden haber contribuido los costos de envío a la inflación reciente, multiplicando el cambio informado en el costo de envío de contenedores a los EE.UU. por la cantidad de TEU (unidades equivalentes a 20 pies) descargados en los puertos de EE.UU. Hay mucha incertidumbre en estas estimaciones, pero como una suposición aproximada, el transporte marítimo puede haber agregado entre 0.25% y la 0.5% a la inflación durante 2020. Esto también debería excluirse del ideal del núcleo.
Un buen número de profesionales estadounidenses todavía está mirando la medida estándar de la inflación subyacente, que ha aumentado casi tanto como la inflación general, y concluyó que realmente tienen un problema. Podrían tener razón, y los economistas de Biden que creen que se trata de un problema transitorio, un grupo que incluye al Consejo de Asesores Económicos, podría estar equivocado. Pero no se puede resolver ese argumento mirando un número que, por muy bien que haya funcionado en el pasado, ahora es una medida claramente inadecuada del concepto subyacente de inflación inercial.
Existen diferentes visiones sobre cuáles deben ser los instrumentos para combatir la inflación.
“Coyunturales populares”: Acuerdos de precios, “puente de plata” hasta que maduren las inversiones necesarias para aumentar la oferta potencial. Sin políticas monetarias contractivas. El congelamiento tiene un efecto en el corto plazo; pero si la demanda es sostenida lentamente regresan los aumentos. Lavagna cuadruplico de 3% a 12% anual (2003-2005)
“Heterodoxia crítica”: plantea moderar la demanda agregada privilegiando instrumentos fiscales en desmedro de la política monetaria y la de ingresos. Desaceleración del gasto.
Ortodoxia: le da mayor peso al rol de la estabilidad, la inflación debe atacarse moderando la demanda doméstica mediante el uso de todos los instrumentos d política fiscal, monetaria y de ingresos
¿Cómo influye el tipo de cambio EN LA ARGENTINA?
El tipo de cambio nominal (TCN) es la cantidad de pesos que hacen falta para comprar una unidad de moneda extranjera. El Tipo de Cambio Nominal (TCN) es la cantidad de pesos que hacen falta para comprar una unidad de moneda extranjera. La devaluación produce inflación. De efecto transitorio: aumento de precios en pesos de bienes transables con el exterior, pass through (pase a precios transitorio), suele ser menor a la devaluación. De efecto permanente: Si existe inconsistencia entre la política fiscal y monetaria, la inflación torna permanente. La experiencia mundial sobre los efectos de una devaluación sobre el nivel de precios, no es infalible. El pass through minorista suele ser inferior a la devaluación en promedio. Los efectos de una devaluación sobre los precios son distintos. El pass through mayorista se incrementa más que los minoristas, en promedio. Tanto la inflación de bienes transables, los que se pueden consumir dentro de la economía que los produce, y se pueden exportar e importar como la de no transables que solo pueden consumirse en la economía en que se producen, el (pase a precios) depende del contexto político económico -nivel de desempleo, grado de sindicalización, nivel inflacionario, volatilidad inflacionaria, es menor que la devaluación en promedio.
Así, podría pasar que en la Argentina el pase a precios sea bajo, como en el 2001, o elevado, como en el 90/91. La experiencia internacional indica que existen ejemplos donde la devaluación produjo inflaciones transitorias y bajas, la hubo altas y duraderas como en México 82, Chile 82, Argentina 86/89 y Brasil 86. Los 92, países con programas neoliberales con la ayuda política del FMI, poder político interno capaz de hacer “lo que sea” -no sólo lo posible- limitaron efectos de la devaluación sobre la inflación.
Obviamente cuando salimos del cuantitativismo, tenemos que calcular el costo social de implementar una política económica exitosa en términos de estabilidad de precios. Cuando en 1976 a la carrera de Economía Política le sacaron el aditamento “política” (Zaiat), se cometió una gravísima transgresión que aun no se ha restituido.