En una entrevista al medio UOL, el presidente de Brasil Luís Inacio “Lula” Da Silva, afirmó que no conversó con Javier Milei porque “dijo muchas estupideces”, y señaló que quiere que le pida disculpas a él y a su pueblo.

Con la tranquilidad que lo caracteriza, en vísperas a la Cumbre de Jefes de Estado del MERCOSUR el próximo 4 de julio en Asunción, Lula otorgó una entrevista a periodistas de UOL. En la charla, al referirse al presidente Javier Milei, fue contundente al expresar “no conversé con el presidente de Argentina porque creo que debe pedirle disculpas a Brasil y a mí” y remarcó “él dijo muchas estupideces”.

Lejos de los gritos desaforados e insultos que suele proferir el libertario, con una claridad notable y cintura política, el presidente de Brasil destacó el cariño a esta tierra declarando “yo quiero a Argentina, es un país que me gusta mucho” y destacó, “es un país muy importante para Brasil”. Además, le indicó al líder de La Libertad Avanza que “no es un presidente de la República quien creará cizaña entre Brasil y Argentina” destacando que “el pueblo brasileño y argentino es mayor que los presidentes”. Por último, Lula le recomendó que “no intente gobernar el Mundo”.

En respuesta a estos dichos, desde el gobierno argentino, con la total arrogancia que lo caracteriza, el vocero presidencial, que cobra un sueldo millonario, Manuel Adorni, sentenció que “el Presidente no ha cometido nada de lo que tenga que arrepentirse”, omitiendo que fue Milei quien llamó a Lula “comunista y corrupto”.

Con respecto a los prófugos brasileños que están en Argentina, Lula señaló que varios están condenados y afirmó que "si no quieren venir, que se queden allí, que se queden en Argentina. Si no, que vengan aquí". Además, aclaro que están tratando el tema "de la manera más diplomática posible".

Por otra parte, con respecto a la política internacional a partir de la cual Milei privó a Argentina, el grupo de los BRICS, anunció que buscará sustituir al dólar en los próximos tres años. El plan contemplara la integración de las monedas locales, creyendo aún más en un Mundo multipolar.

Así los argentinos, una vez más, observan la ineficacia de las políticas internacionales de Milei, y continúan al mismo tiempo sufriendo sus políticas económicas internas.