La selección: no cambiar no es una virtud, es necedad
Para quién escribe resulta inexplicable que un DT de selección, que tiene a disposición a todos los futbolistas del país, priorice el sistema táctico preferido en vez de acoplarse él a los jugadores y al mejor jugador del mundo.
¿Desde cuándo, en un deporte en el que todos nos creemos eruditos del tema al citar a Dante Panzeri y aquello de que "el fútbol es la dinámica de lo impensado", no cambiar es una virtud?
Sin embargo, en los dos partidos por Eliminatorias ante Ecuador y Paraguay Martino parece haberse convencido de que sin Messi, debe variar su dibujo táctico porque sin Lionel en cancha, su 4-3-3 lució notablemente vulnerable ante Ecuador.
¿No es más bien una necedad no variar el sistema táctico ante un equipo, por caso Ecuador, que juega de la misma manera (con Valencia como pieza clave), al menos desde 2006?
En River, el DT desguarneció el sector izquierdo al condenar al debutante Más de San Lorenzo a marcar al mediocampista del Manchester United. Jefferson Montero también juega en el fútbol inglés, fue el extremo izquierdo y a Roncaglia también le tocó sufrir con él.
En Ecuador debaten si Valencia es el mejor jugador del país de todos los tiempos ¿y no nos ocupamos de él??? Ecuador basa su juego en la presión alta y la velocidad de los delanteros-medios ¿y no procuramos contenerlos? Jugar bien también es neutralizar los circuitos futbolísticos con los que el rival me puede lastimar.
Recuérdese la posición de Iniesta por izquierda para contener a Lahm en la semifinal del Mundial de Sudáfrica 2010; o la del mismo Messi ante Bélgica en los cuartos de final de la última Copa del Mundo por el centro, para que el doble cinco europeo entre Witsel y Fellaini se preocupen más por él y no puedan jugar.
Martino cambió de un partido a otro y en Asunción utilizó otro sistema táctico: reforzó los laterales. Apostó por un más clásico 4-4-2 (con Lavezzi y Di María intercambiando de punta), y el equipo sufrió menos embates del rival porque retrocedió mejor.
Puede señalarse que Kranevitter es más recuperador que Biglia, cierto, como que también el de la Lazio presiona muy bien la salida rival y el tándem con Mascherano funciona bien cuando los costados están cubiertos.
El lío empieza cuando alguno de los dos debe abandonar el eje central para salir a tapar baches que se generan en las líneas. Claro que Paraguay llegó, pero lo hizo con remates desde afuera del área. O bien luego de algún error propio en el intento de salir prolijo desde atrás.
En ataque, más allá de la ausencia de Messi, faltó peso y volumen. Primero porque falló el conductor. Los dos partidos de Pastore fueron de un nivel bajísimo. En River, volcado a la izquierda para atacar con Correa o Di María. Y en Asunción, suelto delante de los medios, con Lavezzi y 'Fideo' a cada lado.
Y Tevez no es '9'. Tomo palabras del 'Mariscal' Perfumo: "Si Martino dice que Tevez es centrodelantero lo dice para no ponerlo". Nunca jugó de hombre de área solo, como tampoco lo hace Agüero en el City. Y más aún: Dybala no es centrodelantero.
Esto no es un reclamo de nombres: si Higuaín o Icardi. Es una cuestión del sistema táctico empleado por Martino, que requiere de un '9' pivot que no salga del área ni del cuadrado imaginario que forman los centrales, el arquero y el cinco rival.
Entonces: la crítica es clara. El entrenador elige un sistema táctico por sobre los nombres, pero para ese sistema no llama a los jugadores adecuados; y por el contrario, fuerza posiciones para algunas figuras. Repito, esto no es un reclamo de nombres porque sino el análisis se acaba en la respuesta "el DT soy yo y elijo los jugadores".
Se puede cambiar, no hacerlo es de necio. Nadie va a acusar al entrenador de débil si lo hace. Consiguieron mejores resultados los que lo hicieron, basta con repasar desde 1978 el listado de DT y los logros de aquellos que se inmolaron gritando "muero con las botas puestas": Passarella, Bielsa, el Basile de la última etapa.
El River ganador de Gallardo ganó la Copa Sudamericana con Pisculichi como conductor en un simple y clásico 4-3-1-2, y a los meses, la Libertadores con un 4-4-2, con Ponzio en la presión alta y delanteros como mediocampistas.
Volvamos a Martino. Incluso en el partido ante Paraguay, en el complemento Tevez ¡por naturaleza! -y la ausencia en cancha de Pastore-, se tiró atrás para recibir la pelota y generar fútbol, ¿la salida de Pastore no podría haber sido por un delantero? ¿Siempre es ficha por ficha la jugada?
No.
Uno de los planteles más ricos del mundo, con o sin el mejor jugador del globo, no puede permitirse la obviedad y la estaticidad en la cancha. No son jugadores de metegol.
El fútbol es la dinámica de lo impensando, sí, pero por sobre todo -como dijo un viejo entrenador-, "el fútbol es como el truco... gana el que miente mejor".