La nave de la oligarquía local
Malos tiempos para la memoria. Era 2001 y caminando entre sombras que parecían escombros, todos vivimos un resacoso verano pleno de mezquindades. La ideología había muerto. En las calles, la gente casi lloraba, acurrucada e inmóvil. Para que deseara levantarse, había que pasarle la mano por el pelo a contramano, como a los perros. Nadie ha escrito aún el testamento de millones de vencidos en la crisis del 2001.
El estado del alma argentina al iniciarse el siglo XXI era un claroscuro, de matices opuestos. Cacerolas, gritos, deseos, llanto. Y el país fue un desierto donde nadie creía en nada. Puros fantasmas. La globalización cambió todo de manos: el dinero, el amor, la familia. La gente pasó de la ilusión del menemismo a una tremenda desilusión. Ahora muchos lo olvidaron. El intelectual que no quiere ser testigo de su época termina siendo un síntoma hipócrita de ella. Abundan también esos perversos.
Conocimos la doble moral del que llega arriba y desprecia al de abajo. El siglo empezaba con asesinos a los que luego la justicia absolvería, sin otro dios que gobiernos cómplices con el neoliberalismo y la hiel de la pobreza sudando con las migajas del olvidado Estado de bienestar. Son los mismos amos que buscan volver, sin ética, por más esclavos.
Pero Kirchner terminó con los amargados del “no te metás”. Lanzó un shock: recuperó la utopía para los adultos y los jóvenes. Abrió sueños. Demolió que la política fuera el “que se vayan todos” o un cargo. Pero no hay que caer en la tontería de creer que lo logrado ya está seguro. Hay que defender más lo que se tiene. Lo ganado con la soberanía en estos 11 años de lucha contra los de adentro y lo de afuera. Resistir. O perderlo todo mañana. Sin una organización REAL, no voluntarista, sin resistencia POPULAR, los jóvenes están destinados a sucumbir. Pero con el trasvasamiento generacional que CFK preanunció en el reciente discurso, serán ellos quienes mantendrán alta esta bandera victoriosa.
“Los servidores del pasado”, los definió la Presidenta, buscan licuar las conquistas sociales y este poder adquisitivo de los trabajadores (con la complicidad de varios Moyano-Barrionuevo), para tener más ganancia a partir de que las mayorías posean menos trabajo y cobren menos, o maxidevaluar bajando el poder de consumo y sumar más rentabilidad.
Los comunicadores lo exigen día a día, esbozando esas cátedras que en otra época haría que los echaran a patadas. Hoy los oyen como a dioses. Aquí en el Sur, los misiles son la especulación y los golpes de mercado para que ingenuos nada informados crean que todo anda mal y voten a quienes dicen que vivirán mejor obedeciendo las órdenes de afuera. Quien no apoye la continuidad del modelo llorará por décadas.
Los jóvenes deben repreguntar a los políticos. En la calle, en la tele o donde sea. No dejarlos explayar sus falacias sin que expliquen cómo mantendrán lo conseguido quitando las retenciones y sin presupuesto. Hace 3 años, al ser reelecta CFK, había 52.600 millones de dólares de reservas; ahora son 27.750 millones. ¿La diferencia? La fugaron ellos.
Esto ya lo vivió el país desde 1880 hasta que surgió Perón en 1945: el gobierno de la oligarquía. ¿Qué significa? ¿Es una palabra inventada por Perón o por Eva, que la utilizaba a menudo? No, data de muchos siglos A.C., y la inventaron los griegos: “Sistema de gobierno que está en manos de pocas personas, de una clase social privilegiada”. Esto lo intentan volver a imponer, tras la página exitosa (para ellos) en los ´90, TODOS los candidatos de la oposición. Ni uno sólo se baja de la nave.
Es una nave donde están los que se creen superiores a los demás. La aristocracia “con olor a bosta”, definió elocuente don Arturo Jauretche.
Sólo el pueblo salva al pueblo. El odio que la oligarquía local le dedica día tras día a la Presidenta –o a su hijo- es el mismo que sufrieron los compañeros peronistas desde que éramos jóvenes. Sólo decir Perón (aunque uno estuviera borracho) equivalía a 3 años de cárcel. Cuando llevar una estampita de Evita, generaba feroces palizas. Cuando en la comisaría, a esa pregunta “¿Vos sos peronista?” le respondía un sí, lo arrojaba a la tortura o a la muerte, como los fusilados del 9 de junio de 1956, militantes sin armas masacrados por esperar trabajo e inclusión tras ese año de odio (los caceroleros de ahora), represión y despidos. FUE antes del Proceso, esta última dictadura. No se equivoque quien lee. Si no reacciona, volverá a pasar. Peor. La oligarquía siempre odia.
La clase trabajadora es una sola. Sea obrero, empleado de cuello duro o blando. Atienda un call center, un supermercado o limpiando casas. Siendo un profesional a sueldo o quizás un comerciante con un kiosko. No crea que respetarán 11 años de derechos. Los quitarán en meses. Darán excusas para tomar deuda del FMI por al menos 50 mil millones de dólares. La fusión de los dirigentes traidores con los candidatos es una historia repetida: los explotadores unidos al represor para vencer al explotado. Y ahora el pueblo no está acostumbrado a tomar la calle. Salvo el que llenó los estadios de Argentinos Juniors, Atlanta y Ferro.
Van tras las reservas, van tras los planes sociales, van tras lo quitado a las privatizaciones y regresado al patrimonio nacional. No tolere que se lo vuelvan a robar con pretextos pueriles, o le cubran de impuestos. Hay que acompañar el fervor con la acción. Y resistir cualquier intento de desestabilización, hecho mediante el dólar o la engañosa televisión. No creer lo primero que le dicen. Desconfíe. Analice. Defienda su pan.
Como afirmara Norman Mailer, en la política existe demasiado interés personal y directo en las opiniones, y demasiado amiguismo. Por ello esta inclusión social recibe en ella un juicio insidioso o el rechazo. No le crea a la falsa pericia cargada de jerga de pistoleros a sueldo de los medios hegemónicos, ni al clímax nauseabundo de los expertos de la tele, que llegan al clímax todas las noches. A costillas del espectador.
El problema es acertar con los hombres, saber distinguirlos. No elegir por sonrisas o encuestas, ni tampoco sin estudiar a fondo el currículo. El kirchnerismo intenta alejarse de las fronteras del falso peronismo de los Duhalde, Menem, De la Sota, Reutemann y otros. Se equivocó con el radical Cobos, que ha pasado a la historia de la humanidad como el único Vicepresidente que votó contra su presidente en todo Occidente. Hubo otros errores, pero nadie puede prever lo que hará una persona.
Tampoco lo inventó Kirchner. Ya Perón, para su primer mandato quiso rodearse de opositores que le serían fieles: Quijano –nada menos que su Vicepresidente-; J. Remorino –, su Canciller; Bramuglia, socialista que fue un notable Ministro del Interior; Ramón Cereijo; y el fundador de la sanidad en el país, aquel santiagueño Ramón Carrillo, un inusual salvador de vidas. La vida y muerte de Carrillo merecería un film: es la epopeya genial de un sabio único, destinado (de no irse a los 48 años) a la inmortalidad. Lo certifica quien firma, que conoce a fondo su vida y su pensamiento. Perseguido por uno de los graves errores de Perón: Raúl Apold, inventor de “listas negras” de opositores y de peronistas y feroz enemigo de un talento digno y de obra perenne: Hugo Del Carril.
Pero cualquiera, aunque no haya estudiado nada, intuye debido a las veloces informaciones mundiales que, en todos los países, pugnan por gobernar dos modelos: uno, del capitalismo (que proviene del FMI, del Banco Mundial y del Banco Central Europeo) con su política de ajuste fiscal, austeridad para las clases bajas y medias, y ayuda estricta a las clases altas y a los bancos. ¿Quiénes lo apoyan? Varios economistas ortodoxos, el empresariado y los medios hegemónicos de difusión que son sus socios y sirvientes. El otro proyecto, renovado tras décadas de la muerte de Perón, surgió desde 1998 con el ya fallecido presidente Chávez, fue seguido por Lula, Kirchner, Evo Morales y Rafael Correa.
Ha sido y es aun la antítesis, porque procura sacar de la miseria a las masas, y mediante la inclusión social cambiar la estructura dominante de sus países. En algunos puntos son apoyados por el presidente de Uruguay y la actual presidenta de Chile, que sin embargo no tuvieron la fortaleza para lograr cambios esenciales. ¿Cuáles serían? Mejorar la vida de las mayorías. En Brasil, con Lula y luego Dilma, 36 millones salieron de la pobreza extrema y otros 42 millones entraron a la clase media. Allí, con la Bolsa Familia ayudan a los pobres, obligando a sus hijos a ir a la escuela. Aquí, con la gran Asignación Universal por Hijo.
Hasta que llegó Néstor Kirchner con su decisión y su renovado coraje, sólo conseguimos un aumento de la desigualdad, e incluso hoy, con el reciente fallo de “absuelto” a Cavallo por el negocio Megacanje nacido de la cuna del Imperio, sigue una incapacidad frustrante para aprender de los errores del pasado, al negarnos la esperanza de hacer Justicia.
No sólo continúa CFK aquel proyecto; cada mañana lo amplía, ardua labor. Porque quienes tienen el verdadero poder económico le hacen una guerra continua, mediante difamaciones y descarnadas mentiras. Además, ocultan las doscientas obras realizadas en estos 11 años, y procuran mantener a los funcionarios amigos en los cargos esenciales.
¿Por qué? Porque aún dominan varios resortes de la economía, como ocurrió cuando el ex presidente del Banco Central, Martín Redrado, se atrincheró allí para no dejar su puesto ni las ventajas que otorgaba a la sutil derecha. Su sucesora Marcó del Pont cambió ese rumbo. Cuando renunció, por desinteligencias ignoradas, nombraron a J. C. Fábrega, banquero de carrera que echó a los funcionarios de Marcó del Pont y volvió a favorecer los negocios legales pero nocivos para las finanzas del país, por lo cual era y es elogiado en demasía por el establishment económico, sobre todo por el financiero, que ahora lamenta su partida. Debido a su despido, cuando la Presidenta le dijo en un duro discurso que toleraba negocios legales pero erróneos para el control cambiario.
¿Pero es que los mercados perdieron plata con los K, o la duplicaron? “Lo que denuncia Cristina es cierto –confesó Duhalde- pero siempre existió”. Notable justificación del delito financiero contra su propio país.
La oligarquía ganó mucho dinero en los 11 años, pero perdió de ganar aún más, algo a lo que nunca se acostumbra. No admite cambios en la estructura nacional. La oposición tuvo el descaro de retirarse frente al debate en el Congreso sobre el Código Civil y Comercial, avalado por juristas prestigiosos para cambiar el que databa de 150 años, hecho a medida para las 2.500 familias que dominaban la política. Dato: se fue la oposición para no sancionar la más proletaria Constitución: en 1949.
Hernán Arbizu, ex vicepresidente “arrepentido” del banco de inversión J.P. Morgan, declaró ante el juez Casanello que seis grandes bancos extranjeros administran más de 70 mil millones de dólares sacados del país para evadir impuestos por empresas y particulares, y que la cifra puede ser hoy el doble. Este flujo de capitales es de “las familias más ricas” según Arbizu, algunas de las cuales firmaron el comunicado de la Asociación de Empresarios Argentinos exigiendo una Justicia libre.
“Son las que tienen dinero en el banco A, B y C”, acotaba. “Como los grupos económicos, que son los de siempre” y sobre los que aportó 117 correos electrónicos como prueba irrefutable. Confesó su aporte a tales grupos a lavar dinero, “en un fraude que perjudica a la sociedad”. Preferimos no nombrarlas, pues el lector las conoce y no es necesario. También ahorristas de clase media lo realizan. El alto ex directivo dijo, irónico: “No es difícil para nadie hacer la lista de las familias que tienen más de 100 millones de dólares”. ¿Pero al Poder Judicial le interesa? Otro gallo cantaría si ordenase allí el notable grupo Justicia Legítima. ¿O es que el capital usurario y depredador siempre tendrá aquí razón?
Procura la oligarquía seguir acumulando. En sus medios corporativos (Clarín, La Nación, Perfil, Ámbito, el Cronista, Infobae, etc.) se permite decir todo, excepto lo que está prohibido. Es decir, que un periodista hable bien del gobierno. No hay peligro, la mayoría son cómplices. O ignorantes. O ambas cosas. Un ejemplo es cuando titulan ávidos que “se ataca al corazón financiero” con cada medida que no es a favor de la derecha, o que se está al borde de hacer estallar veloz la economía.
¿De quién? No siquiera la suya. Por retener 27 millones de toneladas de soja en silos y no vender en mayo o junio (costaba 565 la tonelada FOB en los 9 puertos argentinos –que son privados y hace ya tiempo deberían haber sido nacionalizados-; ahora vale sólo 340 dólares) ya perdieron al hundirse el precio 6.000 millones de dólares. Y el Estado, 1.400 millones en retenciones. El ideal regreso de la Junta Nacional de Granos –anterior a Perón, pero que él mejoró con el IAPI, único ente que organizó lealmente la exportación de granos- es imprescindible.
La reciente denuncia de la Presidenta sobre 80 bancos que manipulan el dólar-cueva y contaron con información privilegiada desde el Banco Central las dos veces que se redujeron activos dolarizados (primero al 30 % y luego al 20 %) más las denuncias de Carlos Gonella, quien fue Procurador titular de Criminalidad Económica, sobre seis bancos que ganaron 427.000 millones de pesos este pasado enero, especulando para producir la devaluación del 26 %, fueron nítidas. Pero los medios no las publicaron. El imborrable Noble argelino Albert Camus, escribió: “Las simplificaciones del odio y de las tomas de posición, que pudren y relanzan sin cesar el conflicto argelino, habría que revisarlos todos los días”. Cambie argelino por kirchnerista, y saque su propia conclusión.
La maniobras de bancos y empresas que apuestan a una devaluación (que se trasladaría al bolsillo de los trabajadores vía precios) han sido amparadas por los medios hegemónicos que tapan los decisiones de las licitaciones en CABA con sobreprecios irreproducibles, como el de la basura, con contrato a 10 años por 28 mil millones de pesos no fijos y el préstamo de 1.300 a una empresa fantasma ¿probable testaferro? para comprar camiones. Le dieron un negocio servido con riesgo nulo. ¿El precio? Es el doble que en Madrid, donde viven y gastan en euros. Además, allá la empresa borra los grafittis y realiza tareas de limpieza. En tanto, cien tapas con Boudou. Utilizar al búho esconde el gallinero.
Ejemplo: según Nelson Castro el Código Civil no cuenta, se aprobó sin debate. Le parece bien la gente que vota a diputados y senadores que eluden su función, pero cobran su salario: ellos no debatieron. Porque saben que la derecha ordena en el país, pero nunca en este Gobierno. Quieren que vuelva esa dualidad a unirse en la próxima elección. Pues nadie ignora que para estar arriba en política conviene ser de derecha: sólo 28 empresas dominan íntegro el mercado alimenticio e industrial.
Los Castro que creen que ambos Kirchner fueron piedra en su zapato, tienen un cepo en la mente: para buscadores de poder que sólo aman las pepitas de oro, hallar gente más malvada que ellos es pan comido. Los absurdos que fabula con antológico engolamiento este Dr. darían a Hnos. Marx, Mel Brooks y Woody Allen material para films cómicos
Por eso elogia entusiasta a EE.UU y a su Poder Judicial. Pero allá no armaron un Sistema al servicio de las causas justas. No intervienen en nuestra reestructuración de deuda por sentido humanitario ni guerrean en estos días en 11 países para garantizar la paz y una estabilidad del mundo, no son altruistas ni desinteresados al arrancar las riquezas de los países en desarrollo (antes le dejaban el 18 % del gas a Bolivia y se llevaban el 82 %; hoy el 75 % le queda a Bolivia y por eso Evo es el diablo); eso pasó con el cobre en Chile. O con Repsol en nuestro país, al no servir en el menemismo las protestas masivas. Hubo impotencia.
Para evitar los nuevos cantos de sirena, asesoró CFK que deberemos mantener “los corazones calientes y las cabezas frías para defender lo que alguna vez nos quisieron quitar”. Recordó el gas en aquellos ´90: “Transferimos 12 mil millones de dólares sin que nos fuera retribuido”. Acá se vendía el gas a 2 pesos y estas empresas lo vendían “del otro lado de la frontera a 20 o 30 veces más”. Dijo que no lo recordó “para convertirse en fiscal de nadie”. ¡Ella no, pero quien escribe sí, porque votó –en 1989- a Menem y éste es culpable de traicionar su voto! Juró como presidente católico y es musulmán. Vendió “el patrimonio” del país y debió ser juzgado como “traidor a la patria”, como señala el art. 29 de la Constitución. Podemos ser fiscales de un Poder Judicial que admite desde hace 5 años que Clarín no se adapte a la Ley de Medios “que democratizó las neuronas para que cada argentino” pueda vivir libre. Hoy hablan de las futuras tutelas de Massalandia o Macrilandia.
¿Aplausos al Poder Judicial? ¿Por qué? Tras 13 años de demora, en los que todos los imputados han sido absueltos, los 3 años de prisión que la fiscal pidió para el ex ministro Domingo Cavallo por el fraude llamado Megacanje (favorecer a bancos canjeando bonos de deuda, por otros cuando venía el default) quedaron en nada: no hay pruebas.
¿De qué? De que el default era inevitable. Los bancos decidieron con Cavallo canjear bonos por u$s 49.000 millones con tasa triplicada que pagaría el país, y tras esos falsos créditos esperaron la crisis de 2001, la reestructuración y, sabiendo que venía una quita, se convirtieron en acreedores privilegiados. Nunca perdieron un centavo. El Megacanje fue un préstamo garantizado por el Estado a 6 bancos (otros se fueron del país, éstos no) y una pericia contable de la Corte Suprema afirma que con ello aumentó la deuda externa en 55 mil millones de dólares.
Los pagamos los ciudadanos. Con el decreto 648 ese gobierno otorgó a los bancos la doble función de deudor y acreedor. Tras 13 años, nos hemos enterado de que había un seguro de default por 4 mil millones de dólares a favor de los bancos implicados. Seguro como el que tiene Singer (buitre). Ex Fiscal de la Oficina de Anticorrupción, José Massoni acota que “existió una ilegítima decisión a favor de determinado sector financiero”, y que el caso es ejemplo “de la calamitosa Justicia penal”, un “eficaz instrumento de los poderosos”. ¿A Cavallo 3 años por dolo?
Ni aun si se lo declaraba culpable de “negociación incompatible con la función pública” iba preso. En tanto los buenos amigos (David Mulford) ganaron millones, el denunciante Mario Cafiero dice que por estafa por delitos complejos, hay en nuestra cárcel de Olmos… cero presos. José Sbatella, titular de la Información Financiera, dijo que el “daño que hizo Cavallo con el Megacanje no tiene precio”. Más: su sobreseimiento “es una vergüenza judicial, la consolidación de la impunidad”. Cartón lleno.
Es el poder de la oligarquía, el que fascina a tantas señoras. Quizá no se reponen del terror ante los Kirchner: “¡Se viene el zurdaje!”. Suban queridos cipayos y caceroleros a la nueva arca de Noé. ¡Sálvense! Ya que tal vez, por el viento de la historia, continúe el proyecto cuya líder lleva en 7 años de gobierno -de los seis principales diarios opositores reunidos-, 95.000 tapas en contra. Piensen: tolerar de nuevo el olor de la juventud militante y estallar con ira: “¡El que no salta es un negro!” o “¡Vuelvan a la villa!”. Qué horror. Sería más bella una “relación carnal”.