Impiadosos
No conocen la piedad. Llaman justicia a la benevolencia del Poder Judicial hacia las tropelías que perpetran. Se apropian de la mayor parte de la renta nacional en aras de la equidad. Practican un odio visceral que lo encubren con un hipócrita discurso moral, que como bien dice el escritor Juan José Becerra “…es la hamaca paraguaya del pensamiento político” (del poder). Mentan un diálogo que no practican y mienten con el mismo descaro de su impiedad. Atacan sin miramientos a los que quieren denostar con un doble propósito: destruir al que apuntan y desalentar cualquier intento de emulación. La saña del poder tiene siempre un mismo destinatario: antes los “gobiernos populares”, ahora los “populistas”. Distintos envases que en nuestro país tiene el antiperonismo cerril.
Ha muerto Héctor Timerman. Atacado e imputado por los perros rabiosos del poder real, con el apoyo incondicional de los medios colaboracionistas como expresión del poder que integran. Fue perseguido por las autoridades que se dicen representativas de los argentinos de origen judío (las que como bien dice el dirigente y familiar de una víctima del atentado a la AMIA, Sergio Burstein “trabajan de judíos”), pero cuya aludida representación no es más que la prolongación de la política exterior del Estado de Israel. Timerman fue acusado junto con la presidente Cristina Fernández, por la suscripción del Memorándum con Irán, bajo la imputación de traición a la patria. Libró una lucha inclaudicable por su honor y del gobierno que formó parte, mientras un cáncer de hígado lo sometía a terribles dolores, más benignos que las falsas acusaciones a que era sometido.
El juez Claudio Bonadío le impidió salir del país para seguir el tratamiento experimental a que se sometía en EE.UU y lo confinó a prisión domiciliaria a la que ya lo había recluido su enfermedad: luego El Imperio le negó la visa para seguir su tratamiento, como revancha por su intervención personal disponiendo la incautación del material transportado por un avión de la fuerza aérea de los Estados Unidos que aterrizó en Ezeiza cargado de equipamiento militar y armas (recordemos que al ser inspeccionada por la Aduana la carga de la nave, los funcionarios argentinos exigieron la apertura de la valija y el password del equipo; los militares norteamericanos se negaron. Finalmente, el delicado instrumento de comunicaciones secretas fue abierto por la fuerza mediante un operativo que encabezó el propio Timerman). El material fue incautado y la noticia recorrió el mundo. Los cipayos pusieron el grito en el cielo acostumbrados a que a la potencia hegemónica se la obedece de rodillas.
Murió Héctor Timerman, peronista y judío practicante, sobre quien el poder local e internacional centró un odio que padecieron en todas las épocas los que luchan por un país independiente. Apenas unos pocos ejemplos: es el poder económico incitando a la espada sin cabeza de Lavalle a fusilar a Dorrego; es el maestro Sarmiento instigando al genocida Bartolomé Mitre a “no ahorrar sangre de gaucho que es lo único humano que tiene”. Son los esbirros del general que exterminó dos tercios de la población paraguaya, los que asesinan al Chacho Peñaloza y colocan su cabeza en una pica. Es el mismo Sarmiento que lleva a la compañera del Chacho, la brava Victoria Romero, a la venganza extrema de hacerle barrer la plaza de San Juan arrastrando las cadenas que sujetaban sus pies, luego de ser torturada. Completando su obra de un odio extremo, condecoró al vesánico mayor Irrazábal, asesino del Chacho.
Son los mismos que perpetraron la matanza de la Semana Trágica de 1919; el asesinato de los peones patagónicos en 1921; el asalto a la casa del Presidente Yrigoyen derrocado en 1930; los que encarcelaron a Perón en Martín García en 1945; los que bombardearon la Plaza de Mayo en 1955; los que proscribieron a las mayorías populares y se ensañaron hasta límites increíbles con la Evita viva y luego con su cadáver; los mismos que cortaron las manos del cadáver de Perón; los que dejaron inconclusas obras monumentales peronistas como lo que fue luego el Albergue Warnes o más tarde lo que se conoció como el Elefante Blanco destinados originalmente a ser hospitales excepcionales; son los instigadores de los golpes establishment-militares cuya última versión sembró de campos de concentración y millares de muertos el territorio nacional, cometiendo los atropellos más atroces de la que la desaparición fue su sello distintivo. El odio alcanza a las personas que representan y favorecen a los sectores populares como ahora se ha hecho con las obras y piletas que construyó Milagro Sala en Jujuy, sometida a todo tipo de vejámenes.
El odio se ensaña con las personas y la destrucción sistemática de derechos conquistados y obras realizadas.
A Héctor Timerman le tocó un destino semejante y la reivindicación histórica tardará pero se hará justicia. Fue Canciller de un gobierno nacional y popular y eso es un crimen que hasta tiene que ser indignamente calificado con la imputación de traición a la patria, repetido sistemáticamente por lo que integran un gobierno cuyo presidente al asumir no juró por la patria y por cuya traición la historia no lo absolverá.
Hace un tiempo, previendo su muerte cercana, pidió adelantar su declaración ante el impiadoso juez Claudio Bonadío, y posteriormente Héctor escribió: “Mi delicado estado de salud tal vez no me permita enfrentar la finalización de la investigación por traición a la patria y encubrimiento….Pensé impulsar la causa AMIA, inmovilizada desde hace mucho tiempo, era lo más importante de mi vida y que una vez finalizada podía retirarme satisfecho de haber cumplido con mis ideales como persona y mi deber como canciller…..Deseo que un día finalmente haya Justicia. Tal vez yo no esté para verla.
Deseo que jueces probos y honestos puedan, después de tanto tiempo dar respuestas a los familiares de las víctimas del atentado a la AMIA y a toda la sociedad.”
La ex Presidente Cristina Fernández recordó que “La crítica de parte de las entidades judías, le causó mucha angustia a Timerman y en muchas oportunidades, le dije: Por favor Héctor no les des bolilla, te vas a enfermar, mirá cómo estás”. Y con precisión continuó: "En épocas de endeudamientos seriales. En tiempos de la vuelta al FMI y de diplomáticos que “reconocen” a los ingleses como autoridades en Malvinas, la figura de Héctor Timerman, no tengo ninguna duda, será recordada y reconocida por la historia por su dignidad y su incansable lucha por la defensa de los intereses nacionales. Querido Héctor: judío, peronista y por sobre todas las cosas argentino, gracias y hasta siempre".
Evo Morales adelantó al presente el juicio histórico llamándolo hermano.
Los impiadosos pasarán. Como dijo Salvador Allende en su histórico discurso final: “Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse.”
Ese día Héctor Timerman tendrá el reconocimiento que este gélido tiempo político le niega.
Publicado en la Tecla Ñ