El sueño opositor va bastante más allá de la pretensión de ganar la elección presidencial en 2015. Ese sería, en todo caso, un primer paso, importante, claro, tras 12 años de haber perdido siempre, pero no es un fin en sí mismo. La oposición, y con ello, me refiero a las corporaciones económicas, los “dueños del circo”, busca, en realidad, dos cosas: caos y celda. Efectivamente, como ya señalaba Naomi Klein, el plan neoliberal que intentarán reinstaurar solo puede implementarse en contextos de sociedades en estado de shock. En este sentido, no alcanza con que el kirchnerismo en su versión “hard” se vaya. Es necesario que se vaya en un caos económico, en lo posible, con una hiperinflación, para de esa manera asociar políticas activas y Estado presente con escenarios de desesperación e imprevisibilidad. Al fin de cuentas, si tal caos no se da, ¿cómo sería posible convencer a la comunidad argentina de que el ajuste salvaje es la única opción? En otras palabras, y a través de una pregunta retórica: ¿hubiera sido posible la década neoliberal sin la hiperinflación del fin del mandato de Alfonsín?

Pero las corporaciones económicas también buscan celda. Esto es, quieren a Cristina presa o, en su defecto, recibiendo la humillación de desfilar una y otra vez por tribunales de jueces comprometidos con los intereses más espurios de nuestro país. En este caso, el interés es doble pues se pretende asociar un tipo de política y una ideología política a la corrupción, y, de paso, “cobrarle” a CFK por los “daños ocasionados”. En síntesis: vemos en marcha un intento aleccionador que va por dos carriles. En uno presenta un plan económico con afán redistributivo e inclusivo como ineficaz, insostenible y esencialmente corrupto; y en el otro, su sed de revancha personal pretende un castigo ejemplar para quien fue la conductora de este proceso. Es el Nunca Más de las corporaciones que gobernaron siempre nuestro país sin la legitimidad del voto popular: Nunca Más política ni Estado. Nunca Más paz para quien ose ponerse al frente de un movimiento que enarbole esas banderas.