El racismo vuelve a ser tema de debate en Brasil. A tan sólo 94 días para el inicio del mundial, el fútbol ha vuelto a mostrar una de sus peores caras: la discriminación. Nada que nos resulte tan extraño, la hinchada de River, por citar un ejemplo, suele pronunciarse con cánticos xenófobos hacia la de Boca partido tras partido. Pero la faceta que ofrece Brasil muestra un direccionamiento hacia ciertos individuos en particular y, por lo tanto, se vuelve aún más dramático.

Dos casos fueron los que ocuparon las portadas de los diarios esta última semana. Uno tuvo como víctima de los insultos al volante del Santos y exjugador de la selección brasileña Arouca, quién tras finalizado el encuentro en el que su equipo venció 5 a 2 al Mogi Mirim recibió gritos de “macaco” por parte de la parcialidad local. El mediocampista afirmó que uno de los agresores que lo ofendió le pidió que buscara alguna selección de África para defender. “Como si algunas de las páginas más bonitas de la historia de nuestra selección no hubiesen sido escritas por jugadores como Romario y el propio Pelé”, respondió el jugador del Santos.

El otro caso fue el del referí Marcio Chagas, al que le tocó vivir un momento desagradable al darse cuenta, luego del partido, que su auto había sido dañado y le habían colocado cáscaras de banana encima del mismo. Esto ocurrió tras un encuentro por el Campeonato Gaucho, en la ciudad de Bento Goncalves, a 120km. de Porto Alegre, sitio donde la selección Argentina se medirá ante Nigeria en el último encuentro del Grupo F.

La trascendencia de estos hechos ha llevado a que la presidenta de ese país, Dilma Rousseff, se exprese a través de su cuenta de Twitter enviando su solidaridad a las víctimas y señalando que es inadmisible que Brasil, la mayor nación negra fuera de África conviva con expresiones de racismo. Además, la Federación Paulista de Fútbol anunció este viernes el cierre provisonal del estadio del Mogi Mirim, club que tiene como presidente y jugador a Rivaldo, quién ha sido campeón mundial con la verdeamarela en 2002.

Hace menos de un mes otro brasilero habia sufrido un trato similar pero de parte de la hinchada peruana del Real Garcilaso por la Copa Libertadores. Tinga, jugador del Cruzeiro, fue objeto de insultos racistas y de un permanente abucheo cada vez que tocaba la pelota. Si bien se le reclamó a la Conmebol una sanción ejemplar, el club hoy será local en ese mismo estadio ante la U de Chile.

La lucha para evitar discriminaciones de ningún tipo y en ningún ambito ha llevado a la presidenta Dilma ha enviar un proyecto al congreso para que haya una cuota obligatoria de un 20% de los funcionarios públicos que sean negros o afrodescendientes. Algo similar ya ocurre en la educación superior, donde un 42% de las universidades federales del país tienen un porcentaje de vacantes reservada para negros o indios.

Rumbo a la igualdad cultural. Esa que tiene al 20 de noviembre como Día Nacional de la Conciencia Negra a partir del gobierno de Lula. Esa que se tiene luchar todos los días. Y en todos lados.