Desarma y sangra
El golpe de la final perdida ante Chile por la definición de la Copa América fue, y es, terrible.
Particularmente siento una profunda decepción por el juego realizado por el equipo en general, y por algunas actuaciones particulares en el juego definitivo.
Para para salir de las sensaciones; me es preciso analizar el juego. Argentina, aún con errores, jugó mejor en aquel segundo tiempo ante Paraguay por la fase de grupos que en la final de la competición. La selección nunca pudo superar a un equipo, que si bien llegó con total y absoluta justicia al partido consagratorio, jamás pudo desplegarse y jugar como lo había hecho en la previa. Quiero decir entonces; que Argentina sobrevaloró a un rival que tuvo las mismas falencias y temores que dieron vuelta por su cabeza.
Sí; Chile pretendió sacar ventaja de la pelota puesta a las espaldas de Rojo y Otamendi; pero no pasó de eso. Valdivia se tiró al piso ante cada roce y Vargas apenas gravitó. Vidal se fue a jugar de delantero a los 15 del segundo tiempo y Alexis jugó igual que en el resto de la Copa, contenido, pero siempre expectante. No se si, como dijo Martino, Chile es un rival de máxima importancia mundial, pero hoy a nivel regional es un rival calificado. De todos modos en la final; y a nivel del juego, tampoco superó a nuestro combinado. Ganó en los penales, que era parte del reglamento, salió campeón y a celebrar. Felicitaciones.
Yo siento que me diagnosticaron: rotura de los ligamentos cruzados del corazón. Me llevará tiempo recuperarme. No dudo ni un solo instante que éste grupo de jugadores, los 23 que fueron a esta copa más otros veintitantos que están en la órbita del director técnico, y con los que todos estaremos más o menos de acuerdo, serán campeones con la camiseta de la selección Argentina; pero la reunión de la mesa chica, se celebre cuando se celebre, deberá tomar decisiones. No solo por sacarse la espina ellos mismos, sino para planificar el futuro que, dicho sea de paso, no es muy alentador que digamos. A los seleccionados juveniles sub17 y sub20 las cosas se le están complicado bastante y el recambio pareciera ser un poco más acotado que en otras oportunidades. Políticamente, la AFA, debiera ya mismo ponerse a trabajar en que la Copa América del centenario en EEUU se celebre a pesar de las esquirlas del FIFAGate para poder gestionar en la cabeza de los jugadores que están y en la que no están, la posibilidad de una revancha rápida y no caer en el letargo de las eliminatorias. Conseguir una Copa América nos depositaría en la Copa de las Confederaciones en 2017 y ya, a la vuelta de la esquina tendríamos el mundial de 2018 se juegue donde se juegue, y de postre, otra vez la Copa América en Brasil para 2019. Es fundamental conseguir que esta seguidilla se dé para poder construir.
El dolor de la decepción es fortísimo. No se trata de soltar la mano; pero sí deberá saber este grupo de jugadores, TODOS, que van a tener que volver a reconquistar corazones.
No se trata de una gesta patriótica, porque hoy los jugadores argentinos valen más debido a que la marca “Fútbol Argentino” está a tope por los que hoy juegan en la selección y eso también hay que nombrarlo.
Destrozado, les deseo lo de siempre… Ojalá tengamos todos una buena semana.