Uno de los andariveles críticos sobre los que la oposición hacía hincapié, era lo que definían como el aislamiento internacional de nuestro país. A pesar del enorme crecimiento que el comercio exterior tuvo desde el año 2003 a la fecha, afirmaban que Argentina estaba fuera del mundo. Instalados en el gobierno y para demostrar una manera diferente de relacionarse a nivel internacional llevan adelante una actitud sobreactuada. Es lo que evidenciaron con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con el que nuestro paìs viene teniendo históricas excelentes relaciones. Solo para citar las últimas actividades co-protagonizadas durante el corriente años con el  BID en Buenos Aires,  recuerdo las conferencias del 22 de julio sobre Comercio Agropecuario en el Mercosur, 7 de octubre referida a Integración regional en la era de las tecnologías y 11 de noviembre sobre relaciones económicas de China con América Latina y el Caribe.

Es así como en conferencia de prensa el Ministro de Economía Prat Gay junto al Presidente del BID, anunciaron el otorgamiento a nuestro país de financiamiento por 5.000 millones de dólares para el próximo cuatrienio. Desde el gobierno se ocuparon en darle mucha trascendencia y densidad mediática al acuerdo alcanzado. Sin lugar a dudas una buena noticia teniendo en cuenta las bondades de este tipo de créditos en atención a su objetivo, flexibilidad, tasas de interés y plazos.

Ahora bien, si con la sobreactuación y la escena armada lo que se pretendió es transmitir  que con el nuevo gobierno Argentina es más confiable y se integró al mundo, pongo en antecedente que de la propia web del BID, surge que el promedio de créditos otorgados a nuestro paìs es de U$S 1.360 millones por año. Si lo multiplicamos por 4 arroja un total de U$S 5.440 millones, es decir que con el nuevo gobierno en los próximos cuatro años el BID otorgará U$S 440 millones menos que el promedio otorgado durante la gestión  del anterior gobierno.

Si agregamos la ampliación del swap con China, criticado en su momento,  llegamos a la conclusión que en materia internacional las actuales autoridades lo distinto que hasta ahora realizaron para "integrarse al mundo", es reunirse en Nueva York para ver como le pagan a los fondos buitre y opinar favorablemente a la integración a asociaciones internacionales de comercio, con países que lo único que aspiran es tomar nuestro mercado interno para colocar los productos que ya no pueden vender en sus propios mercados como consecuencia de la crisis por la que están atravesando.