Reviví lo mejor del festival de reggae más importante de la región
A pesar de que la lluvia y el viento hicieron su parte para apagar el gran show final del festival, el Mandarine Park fue invadido de regueros de todas las edades: algunos llegaron al final y muchos otros desertaron empapados.
La segunda edición del Vorterix Reggae Fest brilló mientras la luz diurna duró. Prácticamente, las luces se encendieron cuando la lluvia empezó a mojar las miles de cabelleras con dreads.
De atrás para adelante, les proponemos repasar algunos de los mágicos momentos musicales que regaló el festival -por cartel y convocatoria- más importante del género en la región.
Steel Pulse fue el broche de oro, aunque debieron reducir su presentación a seis canciones por las inclemencias climáticas y la huida del público, dejaron en claro que son referentes del reggae de los años 70 a nivel internacional.
Cultura Profética tuvo que hacerle frente a la sudestada, pero si los boricuas tienen una costumbre, esa es contagiar con mucho calor al público argentino, que los acoge y aplaude a montones cada vez que llegan a nuestras tierras.
El español Morodo volvió a manifestar su cruzada a favor de la no persecución a los consumidores de marihuana, algo que particularmente en su país, es un hecho cotidiano y libre de juzgamiento social.
Nonpalidece ocupó el escenario para ponerle el aporte latino más sureño al sonido internacional que se fue escuchando a lo largo del día, y sobre todo, para poner de manifiesto las singularidades de contenido que el grupo de zona norte comparte con los pioneros Steel Pulse.
Los chilenos de Gondwana están presentando su nuevo disco con varios covers de referentes rockeros argentinos, pero como es su costumbre, le regalaron su poderoso sonido a sus fans, que llenaron de hits sus bolsillos, antes de que la lluvia los humedeciera.
Los marplatenses de Rondamon y la referente femenina del género, Alika, fueron los encargados de abrir el festival en las tempranas horas de la tarde, cuando los ánimos estaban bien en alto y el agua era un augurio lejano.