"Es un texto movilizante, emocional e intensamente personal pero, sobre todo, transmite el odio hacia los 'vendedores de la muerte', a quienes no les importan las consecuencias de vender su mercancía venenosa", escribió Pippa Lang al compartir las fotos del documento en el sitio MetalTalk, donde trabaja desde hace muchos años.

Pasaron 22 años desde que Lemmy firmó ese papel y se lo envió por fax a Pippa, que en ese entonces escribía para Metal Hammer. Esta semana, la periodista se reencontró con ese papel olvidado y la emoción la hizo llorar. Luego de esa reacción, decidió compartir la carta e intentar generar esa misma sensación, que seguramente se repetiría entre los fanáticos. 

“Escribí acerca de las horribles consecuencias de tomar la droga más nefasta del mundo. La transformación de un adicto en una paria social mientras la droga domina su vida por sobre todas las cosas”, recordó Lang.

Este es el texto completo de la carta de Lemmy a Pippa Lang en 1994:

“Felicitaciones por tu diatriba contra la heroína. Vengo diciendo lo mismo desde hace 20 malditos años, pero ellos siempre la tienen más clara; siempre aspiran, no se inyectan; siempre lo hacen sólo los fines de semana, y siempre te miran con sus estúpidos y astutos ojos de alfileres y te sonríen; y siempre mueren en una pileta llena de su propia sangre con embolias detrás de sus rodillas; y siempre te rompen el puto corazón; y es la droga más infame del puto mundo.

Y todos estos escritores la vuelven glamorosa, y no sé por qué. ¿Por qué es romántico volverte un asqueroso pequeño cabrón con heridas sin curar en todo tu cuerpo, sucio y pinchándote con una aguja de hace tres semanas y con los dientes que se te van cayendo? Tantos de mis amigos: 300, com mínimo. Un tipo fue a Piccadilly a comprar, realmente estaba dolorido y volvió al café en el que estábamos, entró al baño para ponerse bien, y dos minutos más tarde cayó hacia atrás derribando la puerta, con la cara negra, sus ojos perdidos, su lengua tan hinchada que no cabía en su boca. Algún bastardo le había vendido veneno de ratas, alias muerte segura, le sonrió, tomó su plata y lo dejó ir sabiendo lo que sucedería. Asesinato, ¿no? Y esa gente es con la que tratás. No, no y no. No seas bobo. No sólo decile que no; pateale la cara. Quiere destruirte la vida y proablemente la de todos los que conocés.

Sólo pensé en contarte esto.


Cariños, Lemmy”