Foo Fighters we love you
La banda liderada por Dave Grohl estuvo por tercera vez en el país y dio uno de sus mejores shows de toda la gira por latinoamérica. Más allá de la mala organización de la productora encargada de la logística en las inmediaciones del José Amalfitani, la banda aseguró que iba a volver.
Tres horas de cola que llegaban hasta debajo de la autopista Perito Moreno. Tres horas que hizo que la mayoría de las personas que estaban entusiasmadas por ver a Queens Of The Stone Age se quedaron con las ganas.
La fila daba una vuelta por Bacacay, y la entrada se hacía imposible. Día de semana, día laboral y la gente salía de sus trabajos para llegar a ver a Queens Of The Stone Age y Foo Fighters en el Estadio José Amalfitani en Liniers. Pero sólo se llegó a ver a la banda principal de Dave Grohl, más de la mitad de campo se quedó con las ganas de ver a Josh Homme en el escenario.
Según había informado DF Entertainment, la productora encargada de la logística del miércoles iban a abrir las puertas a las 17, las abrieron 18.40 cuando la banda Coya, elegida para que teloneara a las dos bandas, tocó prácticamente sin público.
Más de tres horas para entrar al campo con una sola puerta de entrada y de salida, sin gente de la organización pasados los 200 metros ni policía. La fila de los que iban llegando se realizaba sobre Av. Juan B. Justo desprotegiendo a muchas personas.
Quienes fueron damnificados y se perdieron a Queens Of The Stone Age que comenzaba a las 19.30, van a realizar una demanda colectiva por estafa contra la productora (hay un grupo en Facebook que se llama "Damnificados por DF Entertainment) y el descargo en Defensa del Consumidor.
Como periodista me encantaría poder relatar lo que fue el show de Queens Of The Stone Age pero no llegué a verlos porque me encontraba realizando la fila desde las 18.30 para poder entrar a campo y pude ingresar 21.20, por lo que solo de aquí para abajo hablaré del show que brindó Foo Fighters.
Más allá del trago amargo que dejó la organización de DF Entertainment y All Access por la pésima logística que tuvo a la hora de abrir campo y la lentitud con que se llevó a cabo todo -en un tramo la gente empezó a correr incluso-, cerca de las 21.30 se veía como las luces iban subiendo para posicionarse y que comenzara el recital.
Si bien la excusa era la presentación de “Concrete and Gold”, el último disco de estudio que sacaron el año pasado, solo tocaron cuatro canciones de ellas, Run fue la elegida para abrir el show, seguido de All My Life y Learn To Fly. Llamativamente no tocaron ningún tema de Sonic Highways, su anteúltimo disco.
Se los notaba realmente excitados y en cada canción Dave Grohl y Taylor Hawking -batería- sacaban lustre de sus instrumentos con improvisaciones que duraban más de 10 minutos.
También Taylor se robó una parte del show cuando Dave lo presentó y dijo que era el amor de su vida y que por ello le iba a cantar A ÈL “love of my life”, tema de Queen, banda de la que son muy fanáticos.
Para emoción de muchos, Grohl tomó la posta de la batería y tocó Under Pressure mientras Hawkings la cantó. Siempre es bueno verlo nuevamente sentado en ese lugar donde lo vimos nacer con Nirvana.
A la hora de presentar a los integrantes de la banda, Chris Shiflet covereó a Alice Cooper cantando Under My Wheels, volvieron a tocar otro tema de Queen “Another One Bites The Dust” para presentar al bajista Nate Mendel.
Esta fue la primera presentación del tecladista Rami Jafee, ya como integrante formal de la banda y tocó Imagine de John Lennon pero Grohl interpretó encima Jump de Van Halen.
Por último y no podía ser de otra manera, Pat Smear -quien fue compañero de Dave en Nirvana pero antes tocó en Germs, banda legendaria punk de Estados Unidos- tocó Blitzkrieg Pop de los Ramones.
Entre tema y tema, motherfuckers y gritos, Grohl se divirtió mucho con el público que en cada intervalo cantaba “ole ole ole, ole ole ole ole, cada día te quiero más, soy foo fighters, es un sentimiento, no puedo parar”, cántico que el mismo Dave no entendía y repetía que era el público más vibrante desde que comenzó la gira y que el paso por Argentina era su cierre. Tal fue así que inventó una canción: “Argentina I Love You”.
Grohl jugó a tal punto que se pensaba que su voz se iba a desgarrar a cada grito que pegaba, a cada pedido que realizaba y el publico acataba, iluminar el estadio con celulares, repetir que éramos los fans más ruidosos de toda su gira y que esto no iba a ser un adiós porque iban a volver. Y lo dijo con una firmeza que se sintió en la fibra más íntima de quienes siguen a esta banda.
Un gran hallazgo fue el coro de mujeres que aparecieron para Sky Is A Neighborhood, segundo corte de difusión del último disco de estudio y que le dieron un toque más armonioso a uno de los temas más lindos del disco, con un vídeo increíble también.
Más de tres horas para entrar a campo y casi tres horas duró en total el show que brindó Foo Fighters, que es la tercera vez que visita el país, y que por lo que dijo, no va a ser la última, ni por asomo.
Para el final y como no podía ser de otra manera, terminó con todo un estadio cantando Everlong.
Foo Fighters es una de las bandas más significativas del rock en la actualidad y el magnetismo que se vivió en la noche del miércoles en el estadio de Vélez va a quedar grabado para siempre. Y sí Dave Grohl, we are fuckin insane.
Foto de portada: Mariana Ferreyra.